Triturando conjuntamente los distintos tipos de plásticos que componen las mascarillas FFP2, investigadores de Itainnova han obtenido un material reciclado que podría ser utilizado para fabricar otros objetos. Las propiedades de la mezcla, caracterizada en el laboratorio, son comparables a las que se pueden obtener a partir del reciclaje de otros plásticos mezcla de polipropileno y polietileno.
Las mascarillas quirúrgicas o las FFP2 están hechas de capas de materiales plásticos que filtran el aire e impiden que las partículas pequeñas y los virus lleguen a nuestro sistema respiratorio. Obligatorias y de uso diario, las utilizamos y desechamos a toneladas. Y, aunque son materiales plásticos, pensar en reciclarlas plantea especiales complicaciones logísticas.
En el grupo de Materiales de Itainnova se han propuesto encontrar una forma de reciclar el plástico de las mascarillas para producir otros objetos, desde ‘salva-orejas’ a piezas de juguetería y automoción o macetas.
Para su reciclaje, un material plástico pasa habitualmente por procesos de limpieza, separación y clasificación, trituración, fundido y de nuevo triturado. En el caso de las mascarillas, además de tener que desinfectarlas, hay que tener en cuenta que están formadas por más de un tipo de plástico. En Itainnova se está estudiando la opción de obtener una mezcla de materiales reciclados a partir de las mascarillas, triturando todo el conjunto sin separar ninguno de los distintos tipos de plástico.
Varios tipos de plástico
Las mascarillas están formadas por más de un tipo de plástico:
Cristina Crespo señala que han utilizado mascarillas FFP2, "las que usamos en nuestros laboratorios". Tras el proceso de desinfección y procesado se ha realizado el estudio básico de materiales, "es decir, la caracterización química para identificar y verificar la mezcla de polímeros existentes, caracterización térmica para conocer las temperaturas de fusión y degradación, y caracterización mecánica mediante ensayos de tracción, de tal forma que podamos conocer la resistencia del material". El estudio aún está en marcha y, "dado que el abanico de mascarillas FFP2 se ha ampliado y ahora mismo podemos encontrar en el mercado de diversos colores y de múltiples marcas, queremos verificar que es posible mantener la visión de reciclado de ‘un todo’ y que esa mezcla no va afectar al material final obtenido". En el caso de que afectara, verían "qué opciones tenemos de modificar y/o aditivar el material para poderle dar una segunda vida".
El planeta seguirá ahí después de la pandemia
"Empezábamos a tener conciencia respecto al uso racional de materiales poliméricos: su reciclaje y la tendencia a materiales biobasados o biodegradables... y entonces llegó la covid, y los plásticos convencionales nos salvaron de alguna forma la vida –reflexiona Cristina Crespo–, nos han servido para poner distancia y barrera entre nosotros y el virus; evidentemente hemos puesto en primer plano la salud frente a la conciencia ambiental".
Cuando ya el 80% de la basura que se encuentra en nuestros mares y océanos es plástico y apenas unos meses antes de que el Parlamento Europeo prohibiera de forma definitiva múltiples productos de plástico de usar y tirar, la covid ha traído consigo un incremento desorbitado del consumo de plástico y ha creado un nuevo problema de contaminación. "Pero no nos debemos olvidar que el planeta seguirá ahí después de la pandemia y que los objetivos orientados a la neutralidad climática deben seguir presentes en nuestra vida y, como investigadores y científicos, estamos en la obligación de buscar alternativas a los nuevos retos que esta situación ha supuesto".
Un estudio de la organización de conservación del medio ambiente WWF advierte de que si solo el 1% de las mascarillas que se utilizan se desechan mal, podría haber en torno a 10 millones de mascarillas al mes contaminando nuestro medio ambiente. En el caso de España, "se podría llegar a generar 1.000 toneladas de mascarillas FFP2 –dice Crespo–, considerando que un cuarto de la población de España usa una FFP2 al día". Y una mascarilla puede tardar hasta 400 años en descomponerse.
Pero por ahora el reciclaje de mascarillas no está contemplado y no podemos tirar las mascarillas al contenedor de los plásticos. El coronavirus puede sobrevivir hasta tres días en materias plásticas. "El hecho de depositar las mascarillas en el contenedor amarillo de los plásticos podría llegar a generar contagios –advierte Crespo–. Tenemos que pensar que las mascarillas, una vez que han sido utilizadas, van a estar contaminadas con bacterias o con virus, sean covid o no". Hoy por hoy, "lo importante es, una vez aislada la mascarilla en una bolsa de plástico cerrada, depositarla en el contenedor de otros restos, en nuestra basura de casa de no reciclados".
Implantar un sistema de reciclaje de mascarillas sería, desde el punto de vista de Crespo, "viable pero no sencillo, simplemente hay que trabajarlo y definir las condiciones más adecuadas". En primer lugar, comienza, "habría que pensar en la recogida y en el tipo de contenedores, que de alguna forma fueran estancos y con algún sistema sencillo de previa desinfección". En su opinión, "la logística y la recogida serían el punto más crítico, porque para el reciclado en sí mismo, prácticamente se podrían extrapolar los sistemas de reciclado de materiales plásticos que existen en la actualidad, posiblemente con alguna ligera modificación".