¿Cuál es mayor amenaza para la salud, la covid o la obesidad? Usted plantea esta pregunta en su nuevo libro ‘¿Qué comes?’.
La mayor amenaza para la salud pública a largo plazo es la obesidad, porque llevamos tres décadas en las que esta pandemia tiene un crecimiento rampante. Para la covid ya hay ensayos con vacunas en fase 3, y en el plazo de un año y medio o dos años habrá una vacuna más o menos eficaz y comercializada. La obesidad no se ve que vaya a solucionarse y es la responsable de cuatro millones de muertes al año. En España podemos estar cerca del 70% de adultos que tienen obesidad o sobrepeso.
También argumenta que el coronavirus evoluciona peor según la alimentación y que influye en la mortandad de los jóvenes.
Cuando hay obesidad, incluso en personas jóvenes, se va a producir una mayor mortandad por infección de coronavirus. Es un claro factor de riesgo de mala evolución una vez que se desarrolla la infección. Además, cada vez hay más líneas científicas que coinciden en que la vitamina D puede reducir el riesgo de contagio o que este se agrave. El suplemento más barato de vitamina D es poner todos los días al sol 10 o 15 minutos la cara y los antebrazos. El pescado graso, la setas, los hongos, los champiñones... si se ponen al sol antes de cocinarlos también se enriquecen mucho en vitamina D.
Es crítico con las grandes compañías de alimentación, ¿por qué?
No con todas, con las que venden comida y bebida basura. Yo creo que han hecho una labor nefasta de hacer ‘lobby’ político y presionar para que no se regule y no se impongan impuestos a las bebidas azucaradas. Y han hecho una labor, que todavía me parece más perversa, de tener unos científicos que son la voz de su amo y que están en la cuerda de los intereses comerciales en lugar de los de la salud pública.
Es un gran defensor de la dieta mediterránea, pero ¿sin pantallas de por medio?
Cuando hablamos de dieta mediterránea tradicional es la de nuestros abuelos. Se comía en familia, sin ver ni la televisión y conversando. La convivialidad es parte de esta dieta y una forma de luchar contra la adicción al móvil.
¿Hay alimentos que deberían estar prohibidos o limitados por los daños que causan a la salud?
Tanto como prohibir no sería adecuado, resultaría un poco dictatorial. El Gobierno debería dar empujoncitos a base de subvencionar los productos sanos y gravar con impuestos y encarecer los poco saludables. A no ser que haya una toxicidad muy demostrable, no se deben prohibir.
¿Qué se hace mal en España para que haya unas elevadas tasas de sobrepeso, incluso en niños?
Tenemos una Ley General de Sanidad de 1986 que dio lugar a un sistema excelente en el tratamiento de agudos, hospitales, en especialistas médicos, en Atención Primaria, pero no se desarrolló en cuanto a acciones de salud pública. El Gobierno debería haber sido mucho más valiente y decidido a la hora de pararles los pies a ciertas industrias alimentarias. En los centros de salud también faltan nutricionistas.
En el libro destapa 10 grandes mentiras y el café no es tan malo. ¿Hasta cuántas tazas?
Recomendaría tres o cuatro tazas al día. Se ha comprobado que, aunque la cafeína es adictiva, tiene otras sustancias antioxidantes y antiinflamatorias interesantes para la medicina preventiva, y que ayuda a reducir la diabetes.
¿Qué tres alimentos son obligados en la dieta mediterránea?
La fruta como postre siempre, verduras por lo menos dos veces al día, una de ellas en ensalada, y cocinar todo con aceite de oliva virgen extra. A quitar, las hamburguesas, salchichas y bebidas azucaradas.
Resulta más caro comer sano.
Hemos calculado que un euro más al día y allí es donde tendría que intervenir el Gobierno, subvencionando los alimentos saludables y grabando los insanos.