El estudio coordinado de una treintena de facultativos radicados en Estados Unidos, y que publica MedRxIv con el apoyo de la Universidad de Yale, indica que el contagio por SARS-CoV-2 está asociado a un mayor riesgo de problemas cardiovasculares posteriores a la infección, en un rango que ronda las cuatro semanas. Además, en los casos de covid-19 permanente, el riesgo es de sufrir una enfermedad coronaria debilitante.
Este análisis pretendía determinar los riesgos absolutos y relativos de la infección en pacientes sintomáticos y asintomáticos; para ello se efectuó un trabajo de doble cohorte, consistente en el estudio de dos grupos de personas con características similares entre sí y realidades diferentes con respecto al otro grupo. En este caso, las cohortes eran de infectados (sintomáticos y asintomáticos) y no infectados, todos mayores de edad y sometidos al análisis de la Oregon Health & Science University (OHSU), mayores de edad.
Se estudió a un total de 1.355 pacientes, con un 57% total de mujeres y 42% de personas con problemas cardiovasculares previos, y se hallaron evidencias de una mayor aparición de miocarditis entre los infectados. En los seis meses posteriores a la infección se halló un 12% de casos del primer grupo o cohorte en situación de enfermedad cardiovascular, por un 6% en el segundo grupo, mucho más numeroso. Otra conclusión interesante derivada del estudio es que los problemas cardiovasculares asociados a la infección eran mucho más numerosos entre personas pertenecientes a minorías étnicas y/o asociadas a una situación económica compleja.
La intención final del estudio estriba en el seguimiento de estos problemas entre los infectados tras recuperarse de la covid-19 y los cuidados, tanto preventivos como paliativos, a los que deben someterse en los meses siguientes a la infección, ya que además de la miocarditis también se detectaron aumentos significativos en casos de pericarditis y arritmias en este grupo. La producción de la enzima ECA2, protectora del corazón, los pulmones y lo riñones, disminuye con la infección por SARS-CoV-2. En el estudio también se observan con frecuencia casos de hipertrofia ventricular izquierda y trombosis vascular pulmonar.