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4 noviembre, 2020Un estudio concluye que las mascarillas KN95 son las más eficaces para filtrar las partículas ultrafinas
4 noviembre, 2020Aunque sean un incordio, los mocos son nuestro primer escudo protector frente a virus y bacterias. Con la covid-19 se han convertido en vía de transmisión. Los expertos recuerdan que la mucosidad puede indicar la presencia de enfermedades como la fibrosis quística o EPOC.
Hay pocos síntomas más molestos que el moqueo constante. La dificultad para respirar, la congestión nasal y las noches sin pegar ojo por culpa de esta sustancia la han situado en el ranquin de los elementos que más asco nos dan, junto a heces o vómitos. Por si esto fuera poco, los mocos también pueden ser una señal de la covid-19, lo que aumenta su sambenito.
"El exceso de moco no es el síntoma más común de la covid-19, pero algunas personas que la sufren presentan congestión y secreción nasal", afirma Jessica Kramer, profesora de Ingeniería Biomédica en la Universidad de Utah (Estados Unidos). Como recuerda la Organización Mundial de la Salud (OMS), los síntomas más habituales de esta enfermedad son la fiebre, la tos seca y el cansancio.
No obstante, la OMS afirma que también hay pacientes con otros síntomas menos frecuentes como la congestión nasal, el dolor de cabeza o el dolor de garganta. A los pocos días de que el organismo declarara oficialmente la pandemia, Kramer y su equipo decidieron investigar qué papel tienen los mocos en la transmisión del virus.
Hay que diferenciar dos funciones. Por un lado, el moco es el primer elemento con el que se encuentra el coronavirus cuando accede al organismo, es decir, la primera línea de defensa. "El virus primero debe atravesar el moco para entrar en las células y reproducirse. La mayoría de los coronavirus tienen la capacidad de unirse directamente a él a nivel molecular para adherirse", cuenta Kramer.
Desde la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) destacan también este papel de defensa. "El incremento de la mucosidad en una persona infectada por coronavirus forma parte del sistema defensivo activado por su organismo", indica Juan Maza Solano, miembro de SEORL-CCC.
La segunda función tiene que ver con la transmisión del SARS-CoV-2. Cuando una persona contagiada tose, estornuda o habla puede expulsar pequeñas gotas de moco en el aire. "Estas gotitas están cargadas de virus", recuerda la científica. Por eso es importante el uso de mascarillas para prevenir la infección.
En estos momentos, Kramer y su equipo estudian cómo las diferentes formas de mucosidad según cada persona afectan a la capacidad de los coronavirus de sobrevivir en las gotas, en las superficies o de penetrar en nuestras células.
"Es importante destacar la diferencia de que, aunque el moco participa en la defensa frente a la infección por el coronavirus, las microgotas de la tos y los estornudos, o la impregnación de moco y saliva infectada sobre una superficie pueden ejercer un mecanismo de vectorización para la transmisión de la covid-19", resalta Maza Solano. Para prevenirlo, además de las mascarillas, es fundamental el lavado de manos frecuente, algo que llevan décadas recomendando las autoridades sanitarias para prevenir otras infecciones víricas como el catarro común o la gripe.