¿Cómo está la batalla por la vacuna de la covid-19?
Los plazos normales de desarrollo de una vacuna pueden ser de 15 a 25 años. Se hacen para una población diana que está sana. Nosotros con la de tuberculosis llevamos 20 años, vamos por buen camino y nos queda trecho. Ahora se habla de 12 a 24 meses. La urgencia de la pandemia activa afecta a la salud y la economía de una manera brutal. Por insuflar esperanzas se habla de plazos irreales, como este otoño.
¿Cuál es el proceso mínimo?
Una vacuna no es solo cuándo funciona. Hay que hacer el desarrollo industrial y la logística para que llegue a toda la población. Eso son varios meses o años desde un ensayo clínico. Es una vacuna para toda la población. El objetivo es vacunar a los ciudadanos sanos. Correr mucho puede ser imprudente porque es muy importante que sea segura y sin efectos secundarios.
Pero la avalancha de investigadores y países es tremenda…
Soy optimista porque se está haciendo un esfuerzo mundial, con instituciones públicas y privadas. Creo que habrá varias, pero hay que ser realista en los plazos. La población debe saberlo para evitar futuras frustraciones.
La población ha salido en masa a la calle en la fase 1.
Hay que mantener la tensión porque la única vacuna ahora, mientras el virus está circulante, es la distancia social como una barrera. Hasta que no te llamen del centro de salud para que te la pongan no hay que relajarse. Si nos pasamos volveremos a la situación de febrero, sin control, y a crecer como la espuma.
"La investigación es una carrera de fondo y es una planta que hay que ir regando, porque ahora afrontamos este desafío y luego vendrán otras pandemias"
¿Cambiará la imagen de los investigadores en el Gobierno?
Los investigadores no llegan a la estabilidad hasta los 40 años y es un poco vergonzoso. Nos acordamos de la investigación como de Santa Bárbara, cuando truena. Ahora estamos en primera línea y la intención de los gobiernos es procurar que no sigamos siendo el patito feo, pero tendré que verlo para creerlo. Soy escéptico. La investigación es una carrera de fondo y es una planta que hay que ir regando, porque ahora afrontamos este desafío y luego vendrán otras pandemias o el cambio climático. Si solo la regamos cuando tienes el problema, la investigación no produce resultados, porque es interactiva.
El equipo de Carlos Martín con la vacuna de tuberculosis ha sido financiado por el Instituto Carlos III para apoyar a la covid.
Nuestra investigación se hace en un ensayo en macacos, en Holanda, para saber si la vacuna que desarrollamos para tuberculosis puede generar colateralmente la inmunidad al virus. Está basada en los estudios de la vacuna BCG, que tiene casi cien años de historia y unos beneficios que permiten proteger a los neonatos en los países del Tercer Mundo en tuberculosis y otras enfermedades contagiosas. Disminuye la mortalidad infantil en un 40%. Se ha aplicado en ensayos en Holanda, Australia y el Reino Unido vacunando a sanitarios con BCG.