Javier García Nafría, investigador de excelencia Ramón y Cajal en el Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (BIFI) de la Universidad de Zaragoza, ha colaborado en el hallazgo para visualizar cómo las proteínas funcionan a nivel molecular, con el objetivo último de crear fármacos mejorados, sin efectos secundarios.
La revista científica 'Nature' ha publicado este miércoles los resultados obtenidos gracias a la utilización de la técnica crio-microscopia electrónica de alta resolución, cuyos avances durante los últimos 6 años han dado lugar al premio Nobel de Química en 2017, e instalada recientemente en el BIFI y en el Laboratorio de Microscopías Avanzadas (LMA) de Unizar.
Este procedimiento permite obtener imágenes tridimensionales de proteínas con un alto valor terapéutico, antes prácticamente inalcanzables mediante los sistemas disponibles. Los resultados, recogidos en el artículo 'Molecular basis of β-arrestin coupling to formoterol-bound β1-adrenoceptor', se han obtenido a partir de un estudio sobre un fármaco para el asma, aplicando esta técnica desarrollada en parte en el MRC Laboratory of Molecular Biology (Cambridge), donde Javier García Nafría ha trabajado durante ocho años.
Esta investigación representa un paso decisivo para entender a nivel molecular cómo ciertos fármacos activan una ruta de señalización celular preferentemente a otra, con el fin último de poder crear fármacos mejorados.
El bioquímico Javier García Nafría es uno de los 14 investigadores Ramón y Cajal activos en este momento en la Universidad de Zaragoza, dentro de uno de los principales programas de excelencia de España para retener y atraer talento tanto nacional como internacional.
García Nafra dirige, desde que llegó a finales del 2019 al BIFI, la línea de investigación 'Transducción de señales y terapias en proteínas de membrana'. Junto a su grupo estudia cómo las proteínas de la superficie celular detectan estímulos y transmiten la información al interior celular, así como la modulación de estas proteínas por fármacos. El grupo utiliza una técnica novedosa, la crio-microscopía electrónica de alta resolución, ausente hasta ahora en Aragón, en la que se usan microscopios de última generación y computación de alto rendimiento para visualizar como las proteínas funcionan a nivel molecular.
Su instauración en el BIFI ha sido clave ya que el instituto dispone de equipo biofísico de última generación, un clúster computacional y un ambiente multidisciplinar. Además, también se utiliza el Laboratorio de Microscopías Avanzadas (LMA) de Aragón, del que Javier García Nafra es miembro.