La receta de una vacuna, paso a paso
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16 octubre, 2020Almudena Bea Martínez, óptica-optometrista zaragozana de 31 años, viajó en 2015 al Chad para colaborar junto a la Fundación Ilumináfrica
Comencé a colaborar en 2014, con el reciclaje de gafas donadas en la facultad de Ciencias de la Universidad Zaragoza, cuando todavía era estudiante del grado de Óptica y Optometría", así explica la zaragozana Almudena Bea Martínez cuál fue su primer contacto con la Fundación Ilumináfrica, una organización que, desde el año 2007, realiza expediciones al Chad para contribuir a que las personas de los países en vías de desarrollo con déficits visuales evitables o tratables y sin recursos económicos tengan acceso a una atención visual de calidad.
"En 2015, la fundación me permitió acompañarles en uno de los viajes al hospital Saint Joseph de Bebedjia (Chad), donde viví una experiencia inolvidable junto a Edouard, el óptico nativo", cuenta Martínez. "Mucha gente nos esperaba deseando que pudiéramos ayudarles a mejorar su visión. Todo lo que recibíamos de los chadianos era agradecimiento -continúa-. Su sonrisa era el mejor regalo para nosotros, nunca olvidaré sus expresiones de asombro y felicidad al poder contemplar mejor el mundo que les rodeaba". Sobre la situación del país, Martínez señala: "Siento un gran respeto por la capacidad de resignación del pueblo chadiano ante adversidades terribles y por que, a pesar de no tener de nada, cuentan con una gran hospitalidad para recibir a refugiados por enfrentamientos bélicos de países limítrofes".
Tras su experiencia en el continente africano, la óptica no se ha desvinculado de la labor de la fundación. "Actualmente continúo participando en la recogida y clasificación de las gafas donadas que los aragoneses depositan en las ópticas colaboradoras junto a estudiantes y egresados del grado de Óptica. Las categorizamos semanalmente en la facultad para que estén listas y poder enviarlas al Chad". Por otro lado, la profesional añade: "Mantengo el contacto con Edouard, que sigue al frente de la óptica de Bebedjia, comentamos casos y repasamos el inventario para que en la óptica no falte material".
Gracias a su labor en el Chad, Martínez también ganó experiencia profesional y su viaje le sirvió para hacerse con el título universitario. "Con los datos de los pacientes examinados redacté mi trabajo fin de grado". "Espero en un futuro regresar y repetir una experiencia que me hizo mejorar como persona y como optometrista", concluye.