La pandemia de la covid-19 ha supuesto una gran carga emocional para las 2.000 personas ostomizadas que hay en Aragón –1.400 de ellas en Zaragoza– y ha ocasionado un incremento de situaciones como ansiedad o depresión, que también han sufrido los enfermeros estomaterapeutas al ver limitada su capacidad de seguimiento y relación con los pacientes.
Un ostomizado es el portador de un estoma (o nuevo orificio) por donde salen los desechos del organismo (heces u orina), que son recogidos a través de dispositivos o bolsas colectoras. Este año, y coincidiendo con el mes mundial del paciente ostomizado, asociaciones de pacientes, junto a Proyecto Gesto y al laboratorio Hollister, han impulsado la campaña ‘Pon una bolsa en tu vida’. Por ello, a través del vídeo ‘Más humanos que nunca. Tan cerca como siempre’, más de 50 pacientes y enfermeros, y entre ellos varios aragoneses, tratan de visibilizar la ostomía.
"Los profesionales sanitarios hemos vivido experiencias realmente duras este año en todos los hospitales de Zaragoza", explicó Irene Oto, enfermera estomaterapeuta del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza y miembro de Gesto. Para los pacientes, dijo, «es complicado a nivel emocional, porque tienen que enfrentarse a un cambio muy brusco de vida». Pero también los profesionales "han sufrido un gran estrés emocional" porque, sobre todo al inicio del estado de alarma, "muchas de las consultas tuvieron que ser telemáticas".