Se vuelve a reconocer su aportación a la ciencia. ¿Cuál ha sido su mayor logro?
Conseguir desarrollar una nueva tecnología que pretende producir energía sin contaminar la atmósfera con emisiones de carbono. Estamos en lo que se llama una prueba ya a nivel comercial y si hubiera alguna empresa interesada, podría utilizar esta tecnología.
¿Y hay interesados?
¿Cómo logran no contaminar?
Se podría abastecer a un país.
Sí. Esta tecnología puede generar la misma energía que una planta convencional de biomasa, con la ventaja de que tendríamos el CO2 listo para no emitirlo a la atmósfera. Podríamos, incluso, retirar carbono de ella, que es algo que va a ser necesario conseguir.
¿Cómo valora la catalogación del gas y la energía nuclear como energías verdes?
Realmente no son verdes, pero la decisión se ha tomado para afrontar una coyuntura política y de guerra. Es un mal necesario si queremos seguir utilizando energía.
Y mientras los efectos del cambio climático son más frecuentes.
Aragón es una de las zonas que ya sufre sequía y que puede verse afectada por la pérdida de agua de los glaciares. Tenemos que ser eficientes con el agua y ser conscientes de que el cambio climático nos va a afectar bastante. Para retrasarlo, los expertos piden no seguir emitiendo carbono a la atmósfera.
Durante su trayectoria, ¿alguna vez no le ha compensado el tiempo invertido?
Nunca me ha dejado de compensar porque es una cosa vocacional y muy apasionante, pero todos los que nos dedicamos a esto sufrimos una crisis al terminar la tesis. Es el otro valle de la muerte del investigador. Tuve la suerte de conseguir una beca para ir al extranjero y luego me reincorporé a mi grupo a base de contratos y proyectos hasta que logré una plaza.
¿Existe un techo de cristal?
Existe, y los datos lo demuestran.
¿Cómo se rompe?
Para romper ese techo hay que ser ambiciosa. No solo hay que poder, sino también querer presentarse a los cargos. Y contar con gente que te apoye en este camino. La verdad es que está costando más de lo que todas nos pensábamos.
¿Por qué las niñas no quieren ser científicas?
Hay muchas mujeres en Ciencias de la Salud, pero no se ven en Matemáticas o Ingeniería. El objetivo del 11F y estos ránquines es visibilizar que la mujer puede estar en este campo y tener éxito. Es cuestión de romper estereotipos y de que el entorno familiar las anime.
¿Y a usted, quién la animó?
Desde niña siempre me ha gustado saber cómo funcionaban las cosas, cómo funcionaba la televisión, la radio... Siempre tenía ese interés, pero nunca me regalaron un Quimicefa (entre risas).
¿Cómo decidió vivir en un pueblo como Sodeto (Huesca)?
Lo que siempre pasa en estas historias, el amor. Mi pareja es de ahí y, aunque yo vivía en Zaragoza, decidimos instalarnos en Sodeto para formar una familia.
Investigadora, concejala y diputada. ¿Cómo se llega a todo?
Organizando mucho el tiempo y empleando todas las horas del día.
¿Queda alguna para dormir?
Algo queda (entre risas).