El equipo médico del Boston Children´s Hospital de Estados Unidos ha detectado un aumento considerable de los casos de crup (laringotraqueobronquitis) en niños desde la aparición de la variante ómicron del SARS-CoV-2. En este centro hospitalario se han comparado datos al respecto desde el 1 de marzo de 2020 y hasta el 15 de enero de 2022, con un grupo de 75 niños como marco de estudio. La variante ómicron apareció a finales de noviembre de 2021; por eso es más llamativo que el 80% de los casos de crup hayan sido con pacientes afectados por ómicron. El 72% de estos pequeños con covid y crup eran niños y menores de dos años de edad.
El aumento en esta incidencia de crup entre sus pacientes atendidos en urgencias y también entre los posteriormente hospitalizados ha llamado la atención de los médicos bostonianos, que han publicado un estudio sobre el tema en la revista ‘Pediatrics’. El crup es de origen vírico en la amplia mayoría de los casos, aunque raramente también puede deberse a una alergia o al reflujo del estómago. Se trata de una afección común en bebés y niños pequeños.
Síntomas y tratamiento de la laringotraqueobronquitis o crup
Sus síntomas típicos son la tos seca, tipo perruna, y una inhalación aguda llamada estridor, causada por las dificultades para respirar normalmente al haber una inflamación combinada de bronquios, tráquea y laringe. Los bebés y pequeños afectados por crup suelen producir este silbido intenso con cada respiración, incluso en reposo, y les cuesta articular las palabras, además de notarse un color azulado en los labios y las uñas de las manos. Además, babea y tiene problemas para tragar la saliva. Ante estos síntomas hay que buscar de inmediato ayuda profesional en un centro médico.
En el Boston Children’s Hospital trataron con dexametasona al 97% de los pacientes infantiles con crup y covid. Es un esteroide; en los casos de hospitalización, también se aplicó epinefrina con un nebulizador, para desinflamar los órganos afectados. Los antibióticos no ayudan con el crup, al tener origen vírico.
Fuente: Heraldo de Aragón