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16 marzo, 2022En el Día Mundial de este síndrome confusional agudo, que afecta en su mayoría a ancianos hospitalizados, la geriatra del Hospital Miguel Servet, Raquel Rodríguez, da consejos para abordar este tipo de casos.
Cuando una persona mayor ingresa en un hospital, hay una serie de factores que precipitan la aparición del delirium, un cambio agudo y fluctuante de la función cerebral que implica desorientación, inatención y otras alteraciones cognitivas graves.
Coincidiendo con el Día Mundial de este síndrome confusional agudo, que se celebra este miércoles 17 de marzo, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) recuerda que entre un 30 y un 40% de los casos de delirium se pueden prevenir, aspecto que convierte a este trastorno en uno de los grandes caballos de batalla de esta especialidad médica.
Los expertos estiman que un 50% de los pacientes geriátricos que ingresan en unidades quirúrgicas a causa de fracturas de cadera pueden llegar a sufrirlo, y es "muy frecuente" también en pacientes con infecciones respiratorias o de orina, así como en aquellos que han ingresado a causa de un ictus o que ya han experimentado con anterioridad episodios de este tipo.
No se debe confundir delirium con demencia
"Normalmente el delirium, cuando aparece, es una urgencia médica porque se da siempre sobre una enfermedad orgánica de base que lo descompensa y provoca este síndrome confusional grave, que no hay que normalizar sino buscar cuál ha sido la causa", subraya esta geriatra al indicar los factores de riesgo que pueden desecandenar este tipo de cuadros: entre ellos, la edad avanzada del paciente, el deterioro cognitivo o funcional, la comoborbilidad o la polimedicación.
Aunque la prevalencia de este tipo de cuadros es mayor a edades más avanzadas, "cualquier persona podría sufrir un cuadro confusional agudo en el contexto de una patología orgánica muy grave", matiza la doctora Rodríguez, que insiste en diferenciar también esta patología de una demencia. "No podemos hacer un diagnóstico de demencia por un cuadro confusional agudo, pero sí es necesario que después del delirium examinemos bien al paciente para ver qué reserva cognitiva hay o si había un deterioro previo", puntualiza.
- Estimulación cognitiva. Durante el ingreso, los pacientes con un cuadro de delirium se encuentran desorientados en tiempo y espacio e incluso pueden no reconocer a la persona que tienen al lado. Por eso, subraya la doctora Rodríguez: "Hay que insistir siempre a la familia en que intenten orientar al paciente sin llegar a confrontarlos. También es importante que durante el día los podamos mantener sentados en el sillón, aunque no puedan caminar, o abrir las persianas para que vean la luz y ayudarles a hacer esa diferenciación entre el día y la noche", apunta.
- Audición y visión. Los expertos señalan que los pacientes de avanzada edad que tengan déficit visual o auditivo también son más "proclives" al delirium durante el ingreso hospitalario. Atendiendo a esta cuestión, los geriatras aconsejan a las familias con enfermos hospitalizados que les traigan sus audífonos y sus gafas, pues esta acción va a facilitarles también la mejoría. "A veces, como los pacientes no ven o no oyen bien, hacen malas interpretaciones, y esto agravaría el cuadro de delirium", advierte Rodríguez.
- Acompañamiento familiar. El acompañar a estos pacientes, sobre todo por las noches, que es cuando más alteraciones suele producir el delirium, es fundamental para revertir episodios de este tipo. "El síndrome confusional agudo es un estado de fluctuación que produce situaciones dispares a lo largo del día. Hay ratos en los que el paciente está más tranquilo y otros más agitados, lo que generalmente ocurre por las noches. El acompañamiento familiar es fundamental en estos casos; ver una cara conocida siempre es más amable y los centra más en su realidad", concluye esta geriatra.
Fuente: Heraldo de Aragón