Convocatoria 2019 Proyectos de Investigación Clínica Independiente
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26 agosto, 2019La Fundación Canem necesita incorporar nuevos voluntarios que se comprometan a tutelar a los animales y llevarlos y recogerlos de sus entrenamientos durante los seis meses que dura su formación.
Estos canes continúan su programa de adiestramiento para transformarse en auténticos detectores de subidas o bajadas de glucemia y anticipadores de las crisis de epilepsia. Su entrenamiento, que empieza cuando solo tienen dos meses y termina cuando cumplen 8, se desarrolla de lunes a viernes desde la mañana y hasta las seis de la tarde. Al acabar cada jornada y los fines de semana, los animales vuelven a casa a descansar y jugar con sus familias de acogida. Sin embargo, el verano ha hecho flaquear las tutelas y desde la Fundación Canem hacen un llamamiento para conseguir nuevos voluntarios.
Hace un año, ya lanzaron un programa de tutelas para los fines de semana que tuvo mucha repercusión, con más de 500 solicitudes, pero ahora necesitan familias que se comprometan a cuidar de los perritos hasta que concluya su periodo de formación y sean destinados a sus familias de asistencia. “Lo de los fines de semana era un proyecto piloto para ver cómo les sentaba a los cachorros el salir fuera, relacionarse con gente externa al equipo y luego volver a Canem. En el programa definitivo, las familias que se inscriben tienen un cachorro durante los seis meses de formación. Lo que tienen que hacer cada día entre semana es traerlo al centro a trabajar y venir a recogerlo por la tarde”, explica Lidia Nicuesa, psicopedagoga de la Fundación Canem.
Para ser familia de acogida no es necesario ningún requisito en concreto: “Nos da igual que sean familias monoparentales, personas mayores, con hijos mayores o pequeños, numerosas, con perro, con gato, que vivan en piso, en casa con jardín… -añade Lidia-. Eso no influye para nada. El objetivo es que el perro se haga a cualquier entorno porque después la familia con diabetes o epilepsia que lo solicita puede vivir en cualquiera de esas circunstancias”. Para la Fundación Canem, ese contacto con diferentes personas y entornos es “fundamental” en la educación de los perros, que además de los aspectos técnicos para detectar posibles crisis en sus dueños, deben aprender a vivir en contextos diversos para adaptarse fácilmente a su familia definitiva.