El mensaje de las autoridades sanitarias es claro para los pacientes de riesgo, ya sea por edad avanzada, personas con patologías previas, mujeres embarazadas, trabajadores sanitarios etc., aunque la recomendación se extiende este año, con más razón que nunca, al resto de la población.
La gripe se puede propagar rápidamente cuando una persona tose o estornuda y esparce por el aire esas famosas gotículas que contienen el virus. Además, se puede transmitir por las manos contaminadas con el virus. De la misma forma se propaga la covid-19, por lo que las precauciones que tomamos para evitar contagiarnos de uno nos protegerán también del otro.
Medidas sencillas para protegerse contra la gripe
Vacunarse contra la gripe. La vacunación anual es la manera más eficaz de protegerse contra la gripe y las complicaciones graves. La OMS recuerda que la vacuna contra la gripe no puede contagiarle el virus. Los dolores o la fiebre después de la vacunación son reacciones completamente normales y naturales que solo suelen durar uno o dos días. Por otro lado, la OMS ha pedido que se refuercen además los programas de vacunación de neumococo, gripe o tosferina para adultos o personas calificadas de riesgo por sus patologías previas.
Lavarse las manos regularmente. Las manos limpias protegen contra muchas infecciones como la gripe o el coronavirus. Tener las manos limpias es una manera fácil de mantenerse saludable. Lávese las manos con jabón y agua corriente regularmente y séquelas bien con una toalla de un solo uso. También puede usar una solución con alcohol si no dispone de agua y jabón. La OMS aconseja lavarse las manos todo el tiempo que dura cantar "Feliz Cumpleaños" dos veces.
Con la llegada de la primavera, llegan también las alergias y en los tiempos de coronavirus que estamos viviendo, algunos de los síntomas se pueden confundir con los de la enfermedad. Te contamos cuáles son las diferencias entre unos y otros.
Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca. La vía más probable de entrada de gérmenes al organismo es a través de los ojos, la nariz y la boca. No es posible controlar todo lo que se inhala, pero se puede reducir el riesgo de infección manteniendo las manos alejadas de la cara y la mascarilla bien sujeta. Si tiene que tocarse los ojos, la nariz o la boca, hágalo con un pañuelo de papel limpio o lávese las manos primero.
Evitar estar cerca de personas enfermas. La gripe es contagiosa. Se propaga fácilmente en espacios llenos de gente, como transportes públicos, escuelas, residencias de ancianos y eventos públicos. Cuando una persona infectada tose o estornuda, las gotitas que contienen el virus pueden propagarse hasta un metro e infectar a otras personas que las inhalan.
Quedarse en casa si no se encuentra bien. Si tiene gripe, estar cerca de otras personas las pone en riesgo. Esto es especialmente cierto en el caso de las personas con enfermedades crónicas como el cáncer, las enfermedades cardíacas y el VIH. Aislándose rápidamente puede evitar la propagación de la gripe y salvar vidas.
Uso de mascarillas, siempre. El uso obligatorio de la mascarilla vigente en España va a prevenir muchos contagios víricos este año, ya que también protege frente a la gripe y los resfriados.
¿Quién debe vacunarse de la gripe?
Todas las personas de 65 y más años
Los menores 65 años con algún factor de riesgo
Enfermedades pulmonares y cardiovasculares.Enfermedades metabólicas, hepáticas, renales, neurológicas o neuromusculares.
Trastornos y enfermedades con disfunción cognitiva.
Asplenia, hemoglobinopatía o anemia.Patologías que producen inmunosupresión (incluida VIH, medicación)Obesidad mórbida; implante coclear; cáncer.E
Enfermedad celíaca, fístula de LCR y enfermedad inflamatoria crónica (intestinal y artropatías).
Nacidos prematuros (antes semanas 32, desde 6 meses hasta los 2 años).Mujeres embarazadas (independientemente de la edad de gestación) y puerperio (hasta 6 meses tras el parto si no se vacunaron en embarazo).
Profesionales sanitarios.
Trabajadores de centros sociales residenciales o en centros de cuidados de enfermos crónicos.
Cuidadores principales de enfermos crónicos dependientes.
Personas que conviven con otras pertenecientes a grupos de alto riesgo.
Estudiantes en prácticas en centros sanitarios y socio-sanitarios.
Profesionales de servicios esenciales a la comunidad (policía, bomberos, protección civil).
Personal de instituciones penitenciarias y otros centros de internamiento.
Trabajadores de explotaciones avícolas y porcinas o en contacto con aves silvestres.