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13 abril, 2022El Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa con mayor incidencia a nivel mundial.
Afecta a más de 7 millones de personas en todo el mundo. Y en España, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), unas 150.000 personas padecen esta enfermedad.
La edad es el principal factor de riesgo de padecer la enfermedad. De hecho, su incidencia y prevalencia aumentan exponencialmente a partir la sexta década de vida. Tanto que mientras que el porcentaje de mayores de 65 años afectados es un 2%, esa cifra se eleva hasta el 4% entre los mayores de 80.
Por esta razón es una enfermedad más frecuente en países con mayor esperanza de vida.
Se triplicará en los próximos 30 años
Además, es uno de los trastornos neurológicos que mayor crecimiento ha tenido en el mundo, también por los avances diagnósticos y terapéuticos que ha experimentado esta enfermedad.
Teniendo en cuenta estos condicionantes, los especialistas en neurología estiman que, en España, el número de afectados se triplicará en los próximos 30 años.
Tal y como explica el doctor Diego Santos, Coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la Sociedad Española de Neurología:
"Si bien la mayoría de los casos se presentan a partir de la sexta década de vida, no es una enfermedad exclusiva de personas mayores. Aproximadamente un 15% de los casos actualmente diagnosticados en nuestro país corresponden a personas menores de 50 años. Es lo que denomina como Parkinson de inicio joven"
Otros factores de riesgo del Parkinson
Además del envejecimiento, distintas investigaciones han determinado la existencia de otros factores asociados al aumento de probabilidades de padecer Parkinson.
En concreto la hipertensión o la diabetes tipo 2.
Sin embargo, su causa sigue siendo desconocida y se considera como el resultado de una combinación de factores ambientales en individuos genéticamente predispuestos, excepto en las formas hereditarias.
Se han descrito más de 20 mutaciones asociadas a la Enfermedad de Parkinson que pueden explicar hasta un 30% de las formas familiares, sobre todo en aquellos que debutan con la enfermedad por debajo de los 45 años.
Sin embargo, el 90% de los casos son aparentemente esporádicos y no existe una relación familiar.
Por eso se considera una enfermedad multifactorial, en la que están involucrados diversos factores como la neuroinflamación, el estrés oxidativo, ciertas infecciones y los genes.
Síntomas de la enfermedad
De acuerdo con la incidencia de esta enfermedad, cada año unos 10.000 españoles empiezan a desarrollar los síntomas de esta enfermedad. Sin embargo, el hecho de que en España exista un retraso de entre 1 y 3 años en el diagnostico, hace que la SEN estime que más del 50% de los nuevos casos que han debutado en el último año estén aún sin diagnosticar.
"A pesar de los avances que se han dado en este campo, el diagnóstico de la enfermedad de Parkinson es fundamentalmente clínico", comenta el doctor Diego Santos.
El especialista enumera las principales alteraciones motoras que alertan sobre la aparición del Parkinson:
- Presencia de temblor en reposo.
- Rigidez muscular.
- Inestabilidad postural.
- Bradiquinesia, que es la lentitud motriz e incapacidad para realizar movimientos delicados.
Como explica el neurólogo, cuando aparecen estos síntomas "no suelen producirse retrasos importantes en el diagnostico. Sin embargo, hoy sabemos que cinco, o incluso diez años antes de estos síntomas motores, los pacientes pueden presentar alteraciones no motoras relacionadas con la enfermedad".
Primeros síntomas
Entre estos primeros signos del párkinson el doctor Santos destaca:
- La degeneración cognitiva
- Depresión
- Alteraciones del sueño
- Pérdida del olfato
- Trastornos gastrointestinales…
Y un reciente estudio publicado en «JAMA Neurology», acaba de apuntar a dos nuevos síntomas no motores:
- La pérdida de audición
- La epilepsia.
No todos los pacientes empiezan con temblores
"Teniendo en cuenta que un 30-40% de los pacientes con Parkinson no presentan temblor, y que en un 40% de los casos la primera manifestación del Parkinson es la depresión, puede ser complicado identificarlo de forma temprana".
"Y también es difícil de diferenciar de otros síndromes parkinsonianos en los primeros estadios de la enfermedad", explica el experto.
En la SEN estiman que hasta un 24% de los casos diagnosticados recientemente como enfermedad de Parkinson tienen en realidad otro síndrome parkinsoniano distinto a los temblores.
"Por lo tanto, se hace necesario apostar por el desarrollo de un mayor número de consultas especializadas en trastornos del movimiento, en todos los centros hospitalarios, para mejorar estas cifras", concluye.
En todo caso, puesto que la enfermedad de Parkinson es un trastorno degenerativo progresivo, independientemente de cuales sean los primeros síntomas, los motores se terminan por hacer visibles en casi la totalidad de los pacientes.
Así, las fluctuaciones motoras aparecen hasta en el 80% de los pacientes antes de los 5 años del inicio de los síntomas, y los movimientos anormales e involuntarios, antes de los 7 años.
Tratamientos para controlar síntomas motores
Existe una gran variabilidad de recursos disponibles para al tratamiento de los síntomas motores de la Enfermedad de Parkinson, tanto farmacológicos como no farmacológicos.
Sin embargo, todavía no existe una cura para esta enfermedad.
Y las terapias farmacológicas actuales, aunque son capaces de mejorar los síntomas en las fases iniciales, con claros beneficios en la autonomía para el desarrollo de las actividades de la vida diaria y la calidad de vida en la gran mayoría de los pacientes, no son tan efectivas para controlar el progreso de la enfermedad.
Por el contrario, el abordaje terapéutico de los síntomas no motores de esta enfermedad resulta más complicado.
El insomnio, la depresión, la apatía, las alucinaciones, la confusión, el dolor o el trastorno del control de impulsos, son otros síntomas no motores de esta enfermedad, que tienen consecuencias muy negativas tanto en la calidad de vida de los pacientes, como en los cuidadores.
"La enfermedad de Parkinson necesita de un tratamiento multidisciplinar que sea lo más individualizado posible. Porque hay que adaptarlo según el grado de discapacidad, la edad del paciente y las complicaciones y síntomas que van surgiendo a lo largo de la evolución de la patología. En este sentido, las consultas y las unidades especializadas en trastornos del movimiento también juegan un papel crucial", concluye el Diego Santos.
Fuente: El Periódico de Aragón