La nueva década se ha estrenado con el desafío global de hacer frente a un nuevo tipo de coronavirus que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha catalogado como pandemia. En estos momentos de incertidumbre y búsqueda de soluciones es más importante que nunca cooperar con las autoridades sanitarias, apoyando y siguiendo sus directrices, y que cada uno de nosotros, en lo personal y lo profesional, asumamos nuestras responsabilidades.
En este sentido, tanto los servicios de salud de las diferentes autonomías como los profesionales sanitarios han respondido dando ejemplo de entrega y buen hacer, esenciales para afrontar el reto, lo que se ha traducido en los últimos días en un reconocimiento espontáneo por gran parte de la población, consciente de la importancia de esta labor.
En el caso de las compañías farmacéuticas y de todos los profesionales que trabajamos en ellas, nuestra mayor responsabilidad, que es también nuestra razón de ser, es doble: investigar y desarrollar nuevos medicamentos que permitan mejorar la salud y la calidad de vida de las personas, y contribuir a que esos medicamentos lleguen a quienes los necesitan.
Cumpliendo con esta razón de ser y con la exigencia extraordinaria del momento, las compañías farmacéuticas estamos inmersas en todo el mundo en una intensa carrera en busca de un tratamiento para combatir la epidemia, en colaboración estrecha con las autoridades y organizaciones sanitarias y centros e investigadores públicos y privados. Este trabajo ya ha dado como resultado la identificación de decenas de antivirales y potenciales vacunas que están siendo probados para comprobar su eficacia contra el Covid-19.
El camino recorrido es grande, porque se trata de fármacos que ya están en el mercado para otras indicaciones y han demostrado su seguridad o son compuestos en desarrollo que ya han cubierto parte del largo proceso investigador, lo que permite acortar los tiempos. Todo esto debe ayudarnos a ser positivos y pensar que en los próximos meses, como ya ocurrió en epidemias anteriores, podremos disponer de los primeros medicamentos útiles contra este virus.
Estoy convencido de que el conocimiento que la industria farmacéutica ha generado con el descubrimiento y desarrollo de agentes antivirales altamente eficaces para otras infecciones muy graves, como el VIH y la hepatitis, o de vacunas como las del ébola y el VIH, que actualmente están en desarrollo clínico avanzado, nos permitirá avanzar más rápido en el hallazgo de una solución para este nuevo virus.
Preocupa, por otro lado, la posibilidad de que esta crisis sanitaria tenga impacto en términos de abastecimiento y suministro de medicamentos. Las compañías farmacéuticas somos muy conscientes de la importancia del medicamento para los pacientes y para los profesionales sanitarios que cuidan de ellos y de la necesidad, por tanto, de anticipar y resolver cualquier problema de suministro. Tenemos en marcha planes de contingencia y trabajamos en estrecha y continuada cooperación con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) para compartir información en caso de que se detecte cualquier alteración en materia de suministro de fármacos y articular las medidas oportunas para garantizar la atención a los pacientes. Trabajamos también con los distribuidores y las oficinas de farmacia para asegurar que toda la cadena del medicamento funciona de manera coordinada y eficiente.
Es importante lanzar a la población este mensaje de tranquilidad por parte de los agentes sanitarios, para mantener la calma en este momento excepcional.