Convocatoria 2022 de Proyectos de Innovación en Medicina Personalizada y Terapias Avanzadas. ISCIII – CDTI
10 octubre, 2022Convocatoria del Año 2022 de las Ayudas para Incentivar la Consolidación Investigadora.
19 octubre, 2022El proyecto, probado en cerdos, espera que en dos años llegue a humanos / Está centrado en los pacientes con metástasis.
Antonio Güemes es cirujano del hospital Clínico, investigador principal del Grupo de Investigación quirúrgica, clínica y experimental del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón (IIS Aragón), y el jefe del equipo que está llevando a cabo un proyecto centrado «en las pacientes de cáncer muy grave, los peores, cuando ya se extiende a la axila y aparece la metástasis», cuenta. En su estudio, que acabará este año, se pretende que una vez que las mujeres reciben quimioterapia y se debe extirpar el tumor, que no se haga con todos los ganglios sino solo con los afectados.
Para esto «tenemos que marcar los ganglios antes de la quimioterapia» y ahí entra su estudio, en el que se inyecta «colorante, que puede ser tinta china o melanina, con nanopartículas y hacen que se tinte el ganglio y se quede ahí durante meses». Eso hace que «se aglutinen los marcadores, se quite el ganglio y evitemos linfedemas, que son muy incapacitantes». De momento el proyecto se ha llevado a cabo en cerdos y «hemos comprobado que no migran los tintes y se quedan ahí» pero falta «ver cómo afecta esto al ganglio». En estos momentos se están terminando las pruebas y durante el año próxima se harán «análisis y resultados» y, como son productos naturales y no medicamentos, «en uno o dos años, ya se podrá probar en mujeres», señala. El beneficio será «localizar fácil el ganglio afectado por el tumor y solo extraer este» y además, «se podrá hacer en todos los hospitales porque ahora solo se puede con medicina nuclear y solo hay en los dos grandes hospitales».
Lo que se ha visto en cerdos es «la técnica de inyección del fármaco es fiable y segura y permanece en el ganglio durante meses sin alterarlo».
Guemes señala que el cáncer es una «evolución inherente a los seres superiores y jamás vamos a poder olvidarnos de él pero sí evitar morir del cáncer y que deje secuelas». Para ello pide además poner en marcha «ensayos clínicos de big data» para tener datos e información y utilizarlos para «sacar conclusiones y ayudarnos a tomar decisiones»; porque podrán ver que «barrio o empresa tiene peor pronóstico o las características en pacientes más jóvenes o embarazadas», concluye Güemes.
Fuente El Periódico de Aragón; Eva García