Desvelan que el daño en las mitocondrias es clave en la gravedad de la covid-19
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18 noviembre, 2020En el estudio de etapa inicial, 83 pacientes, con una edad media de 81 años y todos los que sufrían de una infección moderada a grave por covid-19, recibieron un medicamento llamado baricitinib.
Un tipo de fármaco para la artritis puede reducir el riesgo de muerte de los pacientes ancianos con covid-19, según un nuevo estudio internacional dirigido por científicos del Imperial College London (Reino Unido) y el Karolinska Institutet (Suecia), publicado en la revista 'Science Advances'.
En el estudio de etapa inicial, 83 pacientes, con una edad media de 81 años y todos los que sufrían de una infección moderada a grave por covid-19, recibieron un medicamento llamado baricitinib. Este medicamento se utiliza generalmente para tratar la artritis reumatoide, y fue identificado inicialmente por el equipo utilizando inteligencia artificial como un fármaco que podría tener efectos antivirales y antiinflamatorios.
En el estudio, los pacientes, que se encontraban en múltiples hospitales de Italia y España, tenían un riesgo de muerte un 71 por ciento menor en comparación con los pacientes que no habían tomado el fármaco. En el estudio también se determinó que el 17 por ciento de los pacientes a los que se les había administrado el fármaco habían muerto o necesitaban un ventilador, en comparación con el 35 por ciento del grupo de control al que no se le había administrado la medicación.
"El estudio sugiere que esta fármaco puede ayudar a la recuperación de los pacientes con COVID-19 de moderado a severo, y puede proporcionar una nueva arma en nuestro arsenal contra el virus. Se están llevando a cabo ensayos clínicos a gran escala de esta fármaco, para investigar más a fondo su potencial", explica uno de los líderes del estudio, Justin Stebbing.
En la investigación, los científicos cultivaron órganos humanos en miniatura en el laboratorio, llamados organoides, para investigar cómo exactamente el fármaco puede combatir el covid-19. Los hallazgos revelaron que el fármaco puede ayudar a trabajar de dos maneras: reduciendo el daño a los órganos causado por la inflamación, y bloqueando la entrada del virus en las células humanas.
Cuando se infecta con el virus del COVID-19, llamado SARS-CoV-2, el cuerpo libera diferentes tipos de moléculas inflamatorias, llamadas quimiocinas y citoquinas. Estas moléculas actúan como el sistema de alerta temprana para el cuerpo, diciéndole al sistema inmunológico que el cuerpo está siendo atacado.
Sin embargo, en el caso de COVID-19, determinadas citoquinas y quimioquinas, incluidas las llamadas interleucinas e interferones, hacen que este sistema de alerta se salga de control y desencadene una llamada tormenta de citoquinas. Esta tormenta de citoquinas no solo causa un daño significativo a los órganos del cuerpo, sino que el estudio reveló que también ayuda al virus a acceder al interior de las células humanas.
El estudio mostró que una citoquina en particular, llamada interferón, aumenta el número de receptores, o puntos de acoplamiento, para el virus. Al hacer esto, en efecto, baja el puente levadizo y permite al virus entrar en las células del cuerpo.