"No sólo vimos un aumento del 10% en el número de conexiones neuronales, sino que también eran de media un 10% más grandes, por lo que las conexiones también eran más fuertes", explica Alex Kwan, profesor asociado de psiquiatría y de neurociencia de Yale y autor principal del artículo.
Experimentos de laboratorio anteriores habían demostrado que la psilocibina, así como la ketamina anestésica, pueden disminuir la depresión. La nueva investigación de Yale descubrió que estos compuestos aumentan la densidad de las espinas dendríticas, pequeñas protuberancias que se encuentran en las células nerviosas y que ayudan a la transmisión de información entre las neuronas. Se sabe que el estrés crónico y la depresión reducen el número de estas conexiones neuronales.
Con un microscopio de escaneo láser, Kwan y el primer autor, Ling-Xiao Shao, asociado postdoctoral en la Facultad de Medicina de Yale, obtuvieron imágenes de las espinas dendríticas en alta resolución y las siguieron durante varios días en ratones vivos.
Encontraron aumentos en el número de espinas dendríticas y en su tamaño a las 24 horas de la administración de psilocibina. Estos cambios seguían presentes un mes después. Además, los ratones sometidos a estrés mostraron mejoras en su comportamiento y un aumento de la actividad de los neurotransmisores tras recibir psilocibina.
Para algunas personas, la psilocibina, un compuesto activo de las "setas mágicas", puede producir una profunda experiencia mística. Este psicodélico era un elemento básico en las ceremonias religiosas de las poblaciones indígenas del Nuevo Mundo y también es una droga recreativa muy popular.
Es posible que sean los novedosos efectos psicológicos de la psilocibina los que estimulen el crecimiento de las conexiones neuronales, afirma Kwan.
"Fue una verdadera sorpresa ver cambios tan duraderos con una sola dosis de psilocibina -reconoce-. Estas nuevas conexiones pueden ser los cambios estructurales que el cerebro utiliza para almacenar nuevas experiencias".