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Un laboratorio vasco se ha propuesto revolucionar la terapia contra el cáncer y está a un paso de conseguirlo. La compañía biofarmacéutica Oncomatryx ha conseguido de la Agencia Americana del Medicamento (FDA) y la española (AEMPS) autorización para ensayar con pacientes una nueva terapia oncológica, completamente distinta a todas las que se han probado y utilizado hasta la fecha. La firma buscaba un medicamento verdaderamente eficaz contra uno de los peores diagnósticos oncológicos que puede recibirse, el del tumor pancreático, y ha acabado diseñando el que se cree que será el primero de una nueva generación de fármacos contra los tumores sólidos metastásicos.
El prototipo vasco, diseñado en colaboración con algunos de los centros de investigación y universidades más punteros de Europa y Estados Unidos, resulta altamente eficaz frente a algunos de los cánceres más rebeldes. La lista incluye, de momento, los de páncreas, pulmón y mama invasivo, pero se espera que siga creciendo, entre otros, con el cáncer de ovarios. Un grupo de 150 pacientes pertenecientes a ocho hospitales, entre ellos el Onkologikoa de San Sebastián y la Clínica Universidad de Navarra, recibirán a partir del próximo mes de junio las primeras dosis del fármaco, que de momento se conoce por el nombre 'OMTX705'.
La lista de centros colaboradores incluye a los hospitales Val D'Hebron e Instituto Catalán de Oncología (ICO); el Doce de Octubre y MD Anderson Cáncer Center, en Madrid; y el hospital Virgen de la Victoria en Málaga. La relación se completa con el equipo de Oncología Clínica del Beth Israel Hospital de la Universidad de Harvard, que liderará el ensayo en Estados Unidos. Los primeros resultados del trabajo se conocerán en el plazo de dos años. Si lo que se logra es igual o parecido a lo que se ha visto en laboratorio, tanto a nivel celular como con animales, fundamentalmente ratas, las agencias del medicamento de Europa y Estados Unidos no descartan aprobar el uso del fármaco por la vía más rápida posible con el fin de generalizar su utilización.
Planteamiento innovador
¿Qué novedades aporta este 'OMTX705'? Su principal innovación es que actúa por primera vez no contra las células tumorales, que han sido el objetivo diana de todas las terapias diseñadas hasta la fecha, sino contra las que rodean la lesión. Los científicos lo denominan el microambiente tumoral, un tejido con componentes celulares de muy distinto tipo, incluidas células inmunitarias, que desempeña un papel fundamental en el crecimiento y progresión de la enfermedad. Oncomatryx fue el primer laboratorio del mundo al que se le ocurrió tan innovadora terapia contra el cáncer y es, en consecuencia, el que más avanzados tiene sus trabajos de los tres que han apostado por esta vía de investigación.
Por fin, "la bala mágica"
'OMTX705' es lo que los científicos llaman un anticuerpo monoclonal conjugado, una sustancia con capacidad para unirse a determinadas proteínas o receptores de células y desactivar su capacidad agresora. Uno de los principales desafíos del cáncer en los últimos años ha sido el diseño de moléculas de alta precisión, capaces de actuar única y exclusivamente sobre la lesión generando el menor impacto posible. O lo que es lo mismo los mínimos efectos secundarios. También en esto el prototipo vasco ha logrado resultados inimaginables. Tanto es así que en la presentación ayer del ensayo con humanos, el consejero delegado de Oncomatrix, el científico Laureano Simón, no dudó en calificar la molécula como una auténtica "bala mágica. Muchas veces en medicina se ha hablado de ella pero en esta ocasión realmente lo es".
Un médico alemán, Paul Erlich, acuñó en los albores del siglo XX ese término que ha marcado la historia de la medicina y la industria farmacéutica: "bala mágica". Su empeño, que le valió el Nobel de Medicina en 1908, se centró en lograr medicamentos libres de reacciones adversas, que casi todos los fármacos tienen. En la nueva terapia contra el cáncer parecen ser menores. Simon confía que en el plazo de cinco años, el tratamiento nacido en el corazón del Txoriherri forme se incorpore a la práctica clínica rutinaria.
"Estamos abriendo una nueva vía de atacar el cáncer metastásico, tan eficaz que nos hace confiar firmemente en que podremos curar mucha enfermedad provocada por tumores sólidos. ¿Es demasiado optimista pensar en algo así"", se preguntó. Fue pura retórica. "Quizás, pero estamos convencidos de que estamos trabajando con lo que en pocos años será una parte importante del tratamiento que el oncólogo podrá ofrecer a su paciente", rubricó.