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29 diciembre, 2020Crearán sangre artificial para dar oxígeno y nutrientes a las células, reactivar la actividad nerviosa y restaurar la función total del ojo y así poder investigar sobre nuevos tratamientos para enfermedades oculares.
Un consorcio internacional de centros científicos, coordinado por el Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona, está desarrollando un método para "resucitar" ojos humanos de fallecidos y mantenerlos vivos durante un mes para poder investigar en ellos nuevos tratamientos para la degeneración ocular.
Coordinado por Pia Cosma, investigadora del CRG, el consorcio ha ideado un dispositivo que resucitará los ojos de donantes fallecidos creando sangre artificial para proporcionar oxígeno y nutrientes a las células, reactivar la actividad de las células nerviosas y restaurar la función total del ojo.
También desarrollarán el humor vítreo artificial que mantendrá la presión ocular del ojo.
Según ha explicado Cosma, la tecnología actual sólo permite que los ojos puedan mantenerse a 4ºC durante un período de 48 horas, antes de su degradación irreversible, lo que limita su uso para experimentos, sobre todo para probar la efectividad de nuevos medicamentos y tratamientos.
Aunque existen avances en organoides humanos (tejidos que crecen en una placa de Petri) que imitan la función del ojo, no logran encapsular la complejidad fisiológica del órgano, como sus sistemas inmunológico, vascular y metabólico.
Por eso, al revivir los ojos, los científicos quieren evitar estas limitaciones y mantenerlos sanos durante al menos un mes, lo que ayudará a evaluar la eficacia, eficiencia y seguridad de las nuevas terapias regenerativas y las pruebas con fármacos.
Los científicos también destacan que usar ojos resucitados también puede eludir varias restricciones éticas de las pruebas preclínicas con animales, así como la experimentación humana.
El dispositivo para resucitar los ojos de fallecidos, llamado ECaBox, tendrá forma de cubo transparente que imitará las condiciones del ojo humano vivo, manteniendo su temperatura y los niveles de pH, y al mismo tiempo evitará que se formen de coágulos de sangre y eliminará los desechos metabólicos y las toxinas.
El proyecto ha recibido 3,5 millones de euros del programa de investigación FET-OPEN de la Unión Europea, que financia nuevas tecnologías de vanguardia y, en este caso, para impulsar la investigación para tratar la discapacidad visual, que afecta a más de 250 millones de personas en todo el mundo, donde 36 millones de personas viven con ceguera, un número que se espera que crezca con el envejecimiento de la población.
"Hay una gran cantidad de posibles tratamientos y terapias nuevas para el daño ocular y la pérdida de la visión, pero el coste descomunal de un ensayo clínico puede significar que nunca lleguen al mercado", ha indicado Pia Cosma, profesora de investigación, jefa de grupo en el (CRG) y coordinadora del proyecto.
"Nuestro nuevo método puede mejorar en gran medida los pasos de validación preclínica para estos tratamientos, respaldando la selección de un mayor número de candidatos y ayudando a que los medicamentos prometedores escapen del 'valle de la muerte' causado por los análisis de coste-beneficio de la industria farmacéutica", ha afirmado.
Los científicos tienen previsto que un prototipo preliminar del dispositivo esté listo para finales de 2023 y que, una vez terminado, se use para probar las terapias regenerativas retinianas desarrolladas en el propio CRG.
"Una teoría desarrollada a finales de los años 90 sugiere que la fusión de células de diferentes tipos puede resultar en nuevas células híbridas que pueden diferenciarse en células retinianas especializadas", ha explicado Pia Cosma.
"La tecnología para probar cómo funciona esto en la práctica ha sido limitada. Usaremos este nuevo dispositivo para explorar este enfoque por primera vez en ojos humanos, un enfoque terapéutico que lideramos en el CRG", ha puntualizado.
ECaBox se creará mediante una colaboración interdisciplinar entre siete centros de investigación.
En Barcelona, el proyecto estará coordinado por Pia Cosma en el CRG, en colaboración con equipos científicos en dos otros centros catalanes: uno liderado por Ricardo Casaroli en la Universidad de Barcelona, y el otro encabezado por Nuria Montserrat en el Instituto de Bioingeniería de Catalunya (IBEC).
Los otros colaboradores internacionales del consorcio son el King's College London (Reino Unido), la Asociación para el Avance de la Ingeniería de Tejidos, Tecnologías y Terapias Basadas en Células (Portugal), AFERETICA (Italia) y la Universidad Bar-Ilan (Israel).