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9 diciembre, 2021La farmacéutica zaragozana, formada en el cuidado de la piel, presentará el próximo día 14 en su ciudad la marca de productos que lleva su nombre, lanzada poco antes de la pandemia. Además, ejerce una labor pedagógica encaminada a acabar con bulos y confusiones en torno a la dermocosmética.
Virginia Barrau presentó en Madrid el lanzamiento de su marca cosmética el 5 de marzo... de 2020. Así que su proyecto lleva tanto tiempo en marcha como el coronavirus azotando el mundo. Dos años después no lo ve en absoluto como "mala suerte". Bien al contrario: "En realidad el acto estaba previsto para el día 19, pero hubo que adelantarlo; el confinamiento me cogió ya con la marca en el mercado, así que tuve que seguir...". Todo ha sido para bien. "Los comienzos han sido complicados, pero eso te hace mejorar cosas", asegura Virginia.
En la actualidad, esta farmacéutica especializada en dermofarmacia y cosmetología cuenta con una amplia gama de productos fruto de los más de 15 años de experiencia de Barrau analizando pieles y cabellos de clientes en su farmacia. Las cremas Virginia Barrau se venden en farmacias y centros estéticos de Zaragoza, Calatayud y Madrid, donde además analiza personalmente mediante cita previa las necesidades de cada cliente (los puntos de venta se pueden consultar en la web de la marca).
Además, Barrau regenta el videoblog 'Dermotips', en el que da consejos de cuidado de la piel con una particularidad: se traduce a la lengua de signos. Más aún: también está muy implicada de manera pionera en el tratamiento de patologías dermatológicas derivadas del cáncer y sus tratamientos.
El próximo 14 de diciembre será ocasión de celebrarlo todo en una fiesta de presentación en sociedad de su firma cosmética en la capital aragonesa, una cita que la pandemia había postergado hasta ahora y en la que, además, se darán a conocer cuatro nuevos productos: tres sérums y una crema para hombre.
Su marca nace tras años analizando piel y cabello de clientes en su farmacia.
Lo que me animó es la idea de romper con esa inercia del mercado cosmético que solo da a elegir entre verse bien (sin arrugas, piel luminosa, hidratada) o salir al paso de un problema (manchas, rojeces, acné...). O se cubre una patología dermatológica o se va solo a la estética. Yo quería las dos cosas: tratar y embellecer.
¿Y eso es realmente posible? En el mercado de la cosmética hay mucho producto milagro...
Para empezar, lo que todo el mundo debe tener en cuenta es que la piel perfecta no existe, eso solo lo hace el photoshop.
O los filtros de Instagram...
Lo que nos muestran las redes sociales son unas pieles irreales. Pero la gente las quiere tener. La pregunta que más me hacen es "¿cuál es la mejor crema?". Pero la crema perfecta no existe. Cada uno tenemos la piel que tenemos. Una buena rutina de acuerdo a cada necesidad es lo que nos puede mejorar. Lo ideal es pocas cosas bien dadas y todos los días. Yo lo llamo hábitos dermosaludables.
Y llega la temida palabra: constancia.
Es como ir al gimnasio. Por eso es importante que el tratamiento se adapte a la persona. Porque las cremas solo funcionarán bien si se dan todos los días y eso pasa por poder hacerlo.
Ahora se habla de rutina cosmética.
Es como lavarse los dientes. Una cosa es llevar aparato o blanquearse los dientes, que está perfecto. Pero lo que hay que hacer sobre todo es lavarse los dientes para no tener caries. Lo mismo si hablamos de salud de la piel: es crucial una buena limpieza, sin cargarse la barrera cutánea, sin agredir la flora bacteriana de la piel. En esa ecuación no puede faltar una crema hidratante. Ahora, sobre todo, que proteja contra el frío, pero también contra un elemento sobre el que cada vez se habla más en este ámbito: la polución. Y por supuesto un factor de protección solar. Mejor si es con color: da mejor aspecto y marca menos las arrugas que el maquillaje.
"Las cremas solo funcionarán bien si se dan todos los días".
¿Sus cremas no tienen protección solar?
Es algo que sorprende a mucha gente. En una crema no cabe todo, es como una tortilla: no se puede meter muchos ingredientes a la vez porque no cuaja. Para que un filtro solar funcione tiene que tener una concentración en unas proporciones tales que no permiten entrar al resto de activos cosméticos. Yo prefiero que la gente se compre la protección solar aparte. Porque estamos hablando de salud.
Salud no es el primer concepto que se relaciona cuando hablamos de la piel.
El problema es que el márquetin nos ha vendido que solo hay que preocuparse de la estética: arrugas, arrugas, arrugas. ¡Los poros! Todo el mundo preocupado por eso, hasta las de 20. ¡Pero en algún sitio tendrán que estar los poros! El problema es que vemos la piel como un mero envoltorio en lugar de como el órgano más grande del cuerpo. Y esto genera problemas porque la maltratamos. Hay que verse bien. Pero también sentirse bien.
¿Cuál sería el primer paso?
Ayudar al cliente a que conozca su piel. Muchas veces llegan con ideas erróneas. Por ejemplo, se suele tener la percepción de que una piel grasa no necesita hidratación y no tiene nada que ver. Una cosa es el aceite y otra cosa es el agua. Se puede tener una piel grasa y falta de hidratación. Hacer un análisis previo es fundamental porque es como tomar medidas para hacer un traje.
"Se puede tener una piel grasa y falta de hidratación".
"No podemos pretender tener una piel sin arrugas si luego nos dedicamos a tomar el sol".
Pero precisamente es un mundo en el que hay novedades constantemente, productos que se ponen de moda: baba de caracol, mascarillas coreanas, el caviar...
Afortunadamente todo está muy controlado. Hay una base europea a la que puede acceder cualquiera para ver las propiedades de un activo cosmético. Igual que ha habido un bum de la desinformación también lo ha habido de la regularización. Pero hay mucha confusión. Por ejemplo, ahora estamos con la cosmética natural. El problema es que la gente piensa que lo "natural" es inocuo" y no es así. También tiene elementos alérgenos. De hecho, hay muchas alergias a elementos naturales, como el polen. Se lían los conceptos. Por eso a mí me importa poco el slogan de un cosmético, lo que me importa es lo que hay detrás en el frasco, el ingrediente cosmético. No hay que demonizar nada en concreto, como los parebenos, que de repente eran el demonio. Todo depende de para quién y para qué.
¿Puede la cosmética avanzar tanto que sustituya o restrinja el uso de la medicina estética?
Hay tratamientos estéticos que son cosa exclusivamente de médicos. Lo que sí puedo decir es que hacer un tratamiento de cabina en una piel previamente bien cuidada da muchos mejores resultados. Si una piel está bien hidratada y está luminosa, los tratamientos de cabina o lo que uno se inyecte quedará mejor. Son cosas complementarias. Pero lo primero que hay que pensar es en la salud. Por ejemplo, no podemos pretender tener una piel sin arrugas si luego nos dedicamos a tomar el sol. Es lo que más envejece junto al tabaco.