El grupo Metabolismo y células madre del cáncer del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón (IIS Aragón), liderado por Patricia Sancho, se centra en el papel que juega la grasa en la agresividad de los tumores de páncreas. Buscan nuevas terapias que aumenten la esperanza de vida de los enfermos, ya que el 90% fallece al año siguiente de ser diagnosticados. Con el fin de recaudar fondos, han lanzado unas mascarillas solidarias que lucen la frase ‘Yo apoyo la investigación contra el cáncer’. Las protecciones, reutilizables y homologadas, están disponibles 'online' en color negro y por un precio de 8 euros. También ofrecen portamascarillas en polipropileno semitransparente, por 2,5 euros, y el conjunto de ambas, por 10 euros más gastos de envío.
De este modo, se impulsa la recta final de la campaña de donaciones en Precipita, plataforma de micromecenazgo creada por la Fundación Española para la Ciencia y Tecnología (FECYT) donde personas y empresas aportan dinero para impulsar investigaciones científicas. La iniciativa, que acepta donativos a partir de cinco euros y estará activa hasta el 30 de septiembre, ha recaudado de momento 14.838 euros.
La campaña cuenta con valiosos apoyos. La pastelería aragonesa Tolosana ha donado 15 lotes de maridaje de trenza de Almudévar y vino dulce para las aportaciones superiores a 150 euros, mientras que el Real Zaragoza ha colaborado con una camiseta firmada por el capitán del equipo, Alberto Zapater, que se sorteará entre las donaciones realizadas del 17 al 28 de septiembre. Asimismo, la pintora y artista aragonesa Carmen Pérez-Ramírez ha cedido su obra ‘Cámara de Selim’ para ser subastada. La recaudación se destinará a este proyecto de investigación.
Matar de hambre al cáncer de páncreas
El grupo Metabolismo y células madre del cáncer del IIS Aragón se centra en el papel que juega la grasa en la agresividad de los tumores. “Nuestras investigaciones han demostrado que las células tumorales más agresivas acumulan y utilizan grasa como fuente de alimento. Al tener su propia grasa acumulada, son capaces de sobrevivir y crecer en condiciones hostiles”, explica. “Por eso, el proyecto pretende interferir este proceso frenando que las células tumorales se alimenten de la grasa de su ambiente, o impidiendo que dichas células quemen la grasa como fuente de energía, creando, así, células ‘obesas’. En ambos casos, el resultado final es que las células cancerosas más agresivas se queden sin energía y mueran, es decir, queremos matar de hambre al cáncer de páncreas”, resume.
Según analiza Sancho, el cáncer de páncreas es “cada vez más frecuente” en la población debido a factores de riesgo como el tabaco, el alcohol, la diabetes o la obesidad. “Es una enfermedad silenciosa en etapas tempranas, lo cual hace que, en el momento del diagnóstico, el tumor esté muy avanzado, incluso habiendo formado metástasis en otros órganos. Por estos motivos, la efectividad de los tratamientos actuales disminuye prácticamente a cero y la supervivencia 5 años después del diagnóstico es inferior al 9%”, argumenta.
El objetivo del proyecto a largo plazo es mejorar la calidad y esperanza de vida de los pacientes de cáncer de páncreas, proponiendo nuevas opciones de tratamiento que puedan ser más efectivas. “Nuestra investigación se realiza en ratones, por lo que este objetivo puede tardar años en conseguirse. Pero, puesto que sugerimos fármacos en uso clínico actualmente, el paso a ensayos clínicos en personas puede ser más rápido”, añade la investigadora.
Con los fondos obtenidos, el grupo pretende financiar un contrato de investigación para que su estudiante predoctoral tenga la oportunidad de terminar su tesis. El equipo de Sancho está formado por Sarah Courtois como investigadora postdoctoral, Beatriz Parejo como investigadora predoctoral y Pilar Espiau como técnico de laboratorio. Trabaja en colaboración muy cercana con los diferentes servicios del Hospital Miguel Servet que tratan con pacientes de cáncer de páncreas en diferentes fases. Entre sus colaboraciones a nivel nacional e internacional destacan las que llevan a cabo con University College London y Barts Cancer Institute de Inglaterra, y las Universidades de Uppsala (Suecia), Bolonia (Italia), Ulm (Alemania) y Mar del Plata (Argentina). Asimismo, este proyecto ganó una beca de la fundación Worldwide Cancer Research y la Asociación Española contra el Cáncer.