“Tenía tanto dolor… Era un dolor tan agudo que no podía mantenerme en pie. Me tenía que tirar al suelo”. Así comienza el relato de Inma Menés, vicepresidenta de la Asociación de Afectadas de Endometriosis de Zaragoza (Adaez), puesto que no fue hasta 2011 cuando los intensos dolores de regla, entre otros, que sufría esta psicóloga tuvieron nombre: “Tardaron alrededor de 20 años en diagnosticarme, cuando ya tenía 42 años. Yo no era una persona que no fuese a las revisiones ni que no hubiese acudido a especialistas para saber el motivo de mis fuertes dolores, sin embargo, tardé dos décadas en saber qué me pasaba. Cuando me lo diagnosticaron tuvieron que extirparme el ovario y la trompa izquierda”.
Y es que la endometriosis, que suele tener como síntomas no solo un dolor de regla intenso, sino que a veces también está acompañado de dolor durante las relaciones sexuales, dolor pélvico crónico o incluso puede afectar al sistema urinario y digestivo, es una enfermedad, que a pesar de ser común, pues se estima que afecta a, al menos, un 10% de las mujeres en edad reproductiva, ha estado “silenciada” e “invisibilizada”. Eso sí, al menos en Aragón se está trabajando para dejar atrás esta tardanza en el diagnóstico, ya que en 2018 se creó la Estrategia de Endometriosis, que trajo consigo, además, la puesta en marcha de una Unidad Multihospitalaria para el tratamiento de esta enfermedad, dependiente de las Unidades de Ginecología y Obstetricia del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa y del Hospital Universitario Miguel Servet.
“Antes, el retraso en el diagnóstico creo que podía deberse por no pensar en ello, por no pensar en la endometriosis. Unido a que se veía normal tener dolor y no se consultaba ni se le daba importancia”, explica Yasmina José, ginecóloga del Hospital Miguel Servet. “Pero en los últimos años esto está cambiando y se está trabajando en la sensibilización y formación, también, de las matronas y de los médicos de Atención Primaria, que al final es el primer contacto que suelen tener las pacientes”. Además, ahora se está trabajando en crear un formulario, que se espera que esté disponible en abril, en el que se especifique, entre otras cuestiones, si hay antecedentes o si la paciente ha necesitado operación.
“Realmente es una patología muy frecuente entre las mujeres de 20 a 30 años”, anota José. “Y como la endometriosis es una enfermedad crónica para la que no existe cura, pues solo cuando se acerca la menopausia, al ser una enfermedad estrógeno-dependiente, los síntomas desaparecen, intentamos tratarla, en un primer momento, con medicación, bien hormonal o analgésica. Solo en determinados casos se opta por la cirugía, puesto que al ser mujeres jóvenes si se opta por este tratamiento desde el primer momento se pueden llegar a necesitar demasiadas operaciones a lo largo de la vida y no es lo recomendable”.