Elías Campo, de 63 años, ha vuelto a su casa para trabajar con un microscopio que le regaló su padre porque el coronavirus le ha sacado del Hospital Clínico de Barcelona, donde es el director de investigación. Dice que Corea del sur y Taiwan reaccionaron muy rápido y mejor que Europa para atajar la pandemia.
¿Cómo se puede frenar una ola como esta pandemia cuando nos encontramos en medio?
Los epidemiólogos y los expertos en estas enfermedades dicen que hay varias líneas de actuación. La primera es cómo frenarlo o atajar la epidemia. Al mismo tiempo, se ponen en marcha varias convocatorias de proyectos de investigación específicas sobre este tema a través de varias agencias internacionales.
¿Vamos a aprender de lo que estamos viviendo, con más de 6.500 muertos y 78.000 casos?
Seguro que sí. En todas las experiencias previas con las epidemias como SARS o MERSE se han sacado conclusiones. Es difícil saber si podría haberse prevenido de otra manera y más en estos momentos. Habrá tiempo de evaluarlo. Si lo miras trasversalmente, las medidas que se están tomando en diversos países son diferentes.
¿Y cuáles han sido los países más efectivos en la respuesta?
Todos tienen en común la respuesta de atajarla… Las mejores han sido los modelos de Corea de Sur y Taiwan porque han sido muy eficaces. Probablemente, tenían una sociedad organizada y unos recursos adecuados, junto a la proximidad de China, que nosotros no disponemos en Europa. Es difícil de todas maneras.
Como miembro de la Academia Nacional de Medicina de Estados Unidos, ¿qué le parecen las declaraciones del presidente Donald Trump cuando ahora es el país con más afectados del mundo con 120.000?
El presidente Donald Trump está fuera de la realidad. En Estados Unidos hay que escuchar la voz que ve más clara la situación que es la del doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas. Lo conocemos bien porque dirigió a mi mujer cuando estuvimos allí (investigó en el Instituto Nacional de Cáncer de Bethesda, en Estados Unidos). Marca las directrices, afortunadamente, porque me lo dicen mis hijos, que están allí: Elías, en Palo Alto, y Clara, en Nueva York. Ellos eran muy conscientes de la situación y se han quedado encerrados en casa dos semana antes de que se tomaran las medidas políticas en los respectivos Estados. Con el compañero que trabajo en eel Instituto Nacional de la Salud en Estados Unidos, que es amigo personal de Anthony Fauci, me cuenta que es quien lidera la reacción porque ya llevó la batalla contra el VIH. Al presidente hay que escucharle por desgracia porque es el líder, pero no porque sus palabras tengan un valor social ni científico.
¿La rápida respuesta de Corea del Sur con los test rápidos, que estamos pidiéndolos en España para que lleguen, se dibuja en una filosofía más avanzada?
La política de Corea del Sur se estudiará en las sistemas de control de las epidemias por su respuesta. Disponen de una capacidad tecnológica para reaccionar. Además, tengo un colaborador que vive en Taiwan y me comentó que desde el primer día se cerró el tráfico a los emigrantes de China. Supieron atajar la situación. ¿Pudo haberlo hecho Europa? No lo sé.
¿Somos una sociedad muy distinta a la coreana o china, sobre todo los del sur de Europa, para adoptarnos a hacer lo mismo?
Somos diferentes culturalmente y en organización para tomar esas medidas.
¿Tiene que estar encerrado en casa o trabaja en el hospital?
Como director de investigación del Hospital Clínico y patólogo no tengo un contacto directo con pacientes y estoy en casa, fundamentalmente. Hay algunos días en los que voy a diagnosticar los casos de consulta y acudo a horas intempestivas. Pero en el hospital estamos minimizando las condiciones de riesgo.
¿Cree que la vacuna que se está investigando deprisa y corriendo va a llegar pronto, a tiempo?
Hay varias iniciativas en estos momentos. Se ha comunicado más la de China y hay otras en Estados Unidos. Como decía el doctor Fauci recientemente, la vacuna llegará pero necesita su tiempo que podría ser no menos de un año o año y medio. El hecho de que esté disponible o se esté investigando no quiere decir que esté mañana. Se necesitan estudios de desarrollo para ver su eficacia y seguridad, así como hacer pruebas en humanos. Llegará pero no será en tiempo corto.
El presidente Pedro Sánchez ha propuesto aportar 30 millones para investigaciones en España. ¿Esta reacción es un subidón ante lo que ha pasado o ayuda a crear una nueva filosofía?
En España se publicó hace unos días la convocatoria del Instituto Carlos III como una respuesta ante esta emergencia y ya se han enviado propuestas. Estamos monitorizando varios proyectos que salen del Hospital Clínico y llevamos seis ensayos clínicos con nuevos fármacos aplicables a esta enfermedad. Hay 17 proyectos, unos ya en marcha y otros en fase de ser solicitados. También hay alguna convocatoria del Gobierno de Cataluña y de la Unión Europea.