A pesar de ser la causa del 35 % de las muertes de mujeres cada año, las enfermedades cardiovasculares (ECV) en las mujeres siguen siendo poco estudiadas, poco reconocidas, poco diagnosticadas y poco tratadas. Además, ellas están infrarrepresentadas en los ensayos clínicos, según señala el primer informe mundial de estas enfermedades en mujeres.
Las mujeres siguen siendo poco estudiadas, poco reconocidas, poco diagnosticadas y poco tratadas en las enfermedades cardiacas. Además, están infrarrepresentadas en los ensayos clínicos, según el primer informe mundial de estas dolencias en mujeres
Con el objetivo de hacer frente a estas desigualdades, 17 expertas de 11 países han elaborado este estudio sobre la ECV en las mujeres, que ha sido publicado e impulsado por la revista 'The Lancet'. El documento ha sido presentado durante una sesión plenaria en la 70ª Sesión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología (ACC.21).
En la Comisión para la Salud Cardiovascular de la Mujer -creada para sacar adelante este informe-, el grupo de expertas ha formulado diez ambiciosas recomendaciones que ayuden a mejorar el diagnóstico, el tratamiento y la prevención de las enfermedades cardiovasculares en mujeres.
Entre ellas, destacan educar a los profesionales de la salud y a las pacientes en la detección precoz para prevenir las dolencias cardiacas en las mujeres; ampliar los programas de salud del corazón en las regiones más pobladas y en vías de desarrollo; y dar prioridad a la investigación específica por sexo de las enfermedades cardiacas, así como el desarrollo de estrategias de intervención para las mujeres.
Según señala la revista, el objetivo de la comisión es ayudar a reducir la incidencia mundial de las ECV - incluidas las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares, que representan el 35 % de las muertes de mujeres en todo el mundo- para 2030. La iniciativa está en consonancia con el Plan de Acción de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible.
La profesora de investigación Roxana Mehran, del Centro Médico Mount Sinai (EE. UU.), señala que “para alcanzar el objetivo fijado por Naciones Unidas se necesitan estrategias audaces y distintas que no solo se centren en los factores que contribuyen a las enfermedades cardiacas en mujeres, sino que también identifiquen los mecanismos biológicos específicos del sexo femenino. Necesitamos coordinar los esfuerzos y las colaboraciones entre los responsables políticos, los médicos, los investigadores y la comunidad en general”, remarca.
En este sentido, Sara Cogliati, investigadora del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (UAM-CSIC) -que no participa en el estudio- comenta que “el lanzamiento de esta comisión de expertas y del informe son un paso fundamental para mejorar la situación actual en el estudio de las enfermedades cardiacas en las mujeres”. Esta comisión “es muy importante porque da unas guías precisas y definidas para que el mundo de la investigación básica y clínica pueda moverse en un campo común, organizar sus esfuerzos y generar un conocimiento que conlleve finalmente un avance real en el tratamiento de estas dolencias en las mujeres”, continúa.
Precisamente, Cogliati está trabajando en un proyecto, que cuenta con financiación del programa For Women in Science L'Oréal-Unesco, para estudiar cómo las mitocondrias -órganos de las células encargados de suministrarles a estas la energía que necesitan- se comportan de manera diferente en hombres y mujeres, lo cual determina una respuesta distinta durante la insuficiencia cardiaca.
Por su parte, las autoras del informe han informado de los datos del Estudio de la Carga Global de la Enfermedad de 2019 por primera vez para describir el alcance de las dolencias cardiovasculares en las mujeres de todo el mundo, incluyendo la prevalencia, la mortalidad y los factores de riesgo.
En 2019, había aproximadamente 275 millones de mujeres en todo el mundo con una ECV, con una prevalencia global estandarizada por edad estimada en 6.402 casos por cada 100.000. La principal causa de muerte por estas enfermedades en todo el mundo en 2019 fue la cardiopatía isquémica (47 % de las muertes, seguida del ictus (36 %).
El documento destaca que existen considerables diferencias geográficas en cuanto a las enfermedades cardiacas, con la mayor prevalencia estandarizada por edad en Egipto, Irán, Irak, Libia, Marruecos y Emiratos Árabes Unidos, mientras que los países con menor prevalencia son Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador y Venezuela.