La aprobación en el Congreso de la regulación por ley de la eutanasia ha generado ya un debate en diferentes ámbitos de la sociedad. Algunos profesionales sanitarios aseguran que el colectivo ya dispone de un código deontológico y tratamientos específicos al final de la vida de los pacientes, y apuestan por desarrollar una ley de cuidados paliativos como tal. Mientras, desde el colectivo Derecho a Morir Dignamente se defiende la necesidad de contar con una legislación propia de la eutanasia para que atienda al 2% o 3% de la población que pide no prolongar su vida.
La presidenta del Colegio de Médicos de Zaragoza, Concha Ferrer, explica que los facultativos ya cuentan con un código deontológico propio, una ‘hoja de ruta’ que se revisa con frecuencia y que se va adaptando a los cuidados que requiere el paciente, incluido el de la asistencia en el final de su vida. "En estos momentos, creo que la ley no es absolutamente necesaria, no hay una presión social real. Tenemos la segunda o tercera mejor medicina del mundo para vivir, pero también para morir, para ofrecer cuidados en los últimos momentos de la vida", señala Ferrer. De hecho, recuerda que el código deontológico aconseja cómo tratar al paciente y ofrece la posibilidad al médico de que se acoja a la objeción de conciencia si no está de acuerdo con el tratamiento que precisa o solicita el enfermo. Si elige esta opción, apunta Ferrer, el facultativo tiene obligación de remitir el caso a otro compañero para que le dé el tratamiento que requiere o pide.
Destaca, además, que los aragoneses cuentan con la posibilidad de recurrir al documento de voluntades anticipadas, sobre el que, reconoce, todavía falta mucha información. Actualmente, según datos del Departamento de Sanidad, desde 2004 hasta 2019, 10.226 aragoneses han tramitado esta posibilidad, un 62% de las cuales son mujeres. A través de ella, las personas dan su opción sobre aspectos como la donación de órganos, la opción de ser incinerado, pero también recoge el deseo de morir en casa o en el hospital. Además, hasta 402 personas se han mostrado en este mismo documento partidarios de la eutanasia.