La comunidad de divulgadores, investigadores e innovadores aragoneses se ha reunido este martes, de nuevo, en torno al acto de entrega de la quinta edición de los Premios Tercer Milenio. Un certamen que, según dijo en la apertura Pilar Perla, coordinadora del suplemento, permite a ese ecosistema "verse a sí mismo, en unos premios que ganamos todos, unidos en la empresa común que es construir el futuro de la mano de la ciencia".
Un total de siete proyectos que representan el vasto ecosistema científico de la Comunidad fueron distinguidos a lo largo de la velada que se celebró en la sede de Caja Rural de Aragón. Más de 60 candidaturas participaron en esta quinta edición del certamen convocado por HERALDO, que ha contado con el patrocinio de Atlas Copco, Coviar, Fersa, Magapor y Ariño Duglass. Tercer Milenio divulga cada martes la ciencia, la tecnología y la innovación gracias al apoyo del Gobierno de Aragón y de Itainnova desde su inicio, en 1993.
La divulgación como "camino al conocimiento"
"La divulgación científica es un camino para entender el conocimiento". Esas fueron las palabras de Inmaculada Yruela, premiada en esta categoría por su taller de ‘Biomoléculas en danza’. Esta se puede llevar a cabo de muchas maneras y los tradicionales monólogos científicos de otras ediciones se sustituyeron por un espectáculo de los Títeres de la Tía Helena que hizo las delicias de los asistentes que llenaron el salón de actos de la Caja Rural de Aragón para acudir a una nueva edición de los Premios Tercer Milenio.
Así, un particular Ramón y Cajal repasó varias etapas de su vida hasta encontrarse con su yo más joven en el clímax de la historia. La representación sirvió como un llamamiento a despertar la curiosidad desde la infancia, pero también a tener paciencia a la hora de ir desarrollando las investigaciones. La pequeña obra estuvo llena de momentos humorísticos que provocaron las risas de la audiencia, como el episodio del cañón que le costó a Cajal niño dos días de cárcel en Ayerbe. Estas ‘travesuras’ experimentales le encaminaron al lugar que ahora ocupa en la historia y le permitieron cumplir su sueño de convertirse en "el rey del pensamiento".