Una gran prensa adorna uno de los rincones de la farmacia del hospital Nuestra Señora de Gracia (Provincial) de Zaragoza. Una vez recolectadas y maceradas, las plantas se trituraban en estos instrumentos para obtener los principios activos de los medicamentos. Un laborioso y meticuloso proceso que queda muy lejano de la ingeniería genética por la que se obtienen actualmente muchos de los fármacos.
Esta pieza forma parte de los cientos de ‘joyas’ que todavía se conservan en la antigua botica del hospital Provincial, por cuya supervivencia futura luchan muchos profesionales del sector y trabajadores del centro sanitario. Aspiran a que se convierta en un Museo de la Farmacia al que el público en general tenga acceso.
Para conseguirlo y para que las instituciones den el empujón definitivo al proyecto, tras cuatro años de intenso trabajo, hace tan solo unos meses se terminaron de catalogar 2.379 piezas utilizadas entre los años 1869 y 1945. "Se han limpiado todas, se han medido, fotografiado...", explica Carmen Palos Martín, farmacéutica que voluntariamente ha hecho este trabajo para usarlo en su tesis sobre este patrimonio aragonés, con la colaboración del jefe del servicio de Farmacia del hospital Provincial, Ignacio Andrés.
La Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) dueña del edificio (en el año 2000 lo cedió para uso sanitario) solo había catalogado algunos botes y estanterías, pero ahora con este trabajo se ha podido ‘desempolvar’ y, sobre todo, dejar constatado por escrito del valor de todo el material histórico con el que cuenta este espacio. Las estanterías de la antigua farmacia del Provincial albergan, entre otras piezas, 463 antiguos medicamentos, 210 albarelos (85 de ellos con producto) o 414 envases de vidrio (frascos, botellas, bocales...). "Está casi todo expuesto, solo hay algo de vidrio, como probetas o frascos de suero, en el altillo", admite Andrés.
Entre el material histórico que se atesora destacan también numerosos inventarios (se han revisado desde 1878 hasta 1946), en los que los farmacéuticos titulares tomaban nota a mano de todo el patrimonio de la farmacia. "Gracias a ellos podemos decir que durante todo este tiempo se han conseguido conservar entre el 60% y el 70% de las propiedades de la antigua farmacia", señala el actual responsable. Su última reestructuración importante data de 1881.
Pero también las actas relatan algunos acontecimientos impulsados desde esas paredes, como el hecho de que la farmacia del Provincial fuera pionera en tratamiento del cólera con el reparto de sifones en 1885. "El cólera es una diarrea continua. Ahora se usan soluciones rehidratantes, entonces, se intentaba recuperar esa falta de sales a través de los sifones", explica el jefe de Farmacia del Provincial. "En las actas recogen incluso las discusiones de los farmacéuticos con los médicos de esa época. Decían cómo se tenían que desinfectar las letrinas o las paredes de las habitaciones donde eran ingresados los enfermos de cólera", añade Carmen Palos.