Luis Alberto Moreno (Bellavista-Callao -Perú-, 1958), es uno de los investigadores de la Universidad de Zaragoza más citados en el mundo por sus trabajos sobre obesidad infantil y nutrición. Es catedrático de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Zaragoza e investigador en el Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN).
Así que hay que evitar que se crucen las dos pandemias.
Sí. Y la obesidad también avanza. Según las últimas estadísticas de la OMS, es ya más frecuente que la malnutrición por defecto en todos los países del mundo, incluidos los más desfavorecidos.
¿Cuáles son las causas principales de la pandemia de obesidad?
La mayor disponibilidad de alimentos ricos en calorías, que son más baratos y apetecibles, y las comidas preparadas. Y el sedentarismo, sobre todo en los niños.
Llama la atención que ahora que hay más fácil acceso a la información no comamos más sano.
Hay desinformación, porque a través de las redes online cualquiera puede opinar y muchas veces se transmiten mensajes que no son los más adecuados. Y, a nivel profesional no dedicamos todos los recursos necesarios para intentar ayudar a las familias a que coman mejor.
¿Hay algún mito en la alimentación que esté haciendo daño a la salud de las personas?
Está triunfando la idea de que la alimentación a base de alimentos de origen vegetal es mejor que a base de alimentos de origen animal, lo cual es verdad como idea general. Pero el mal uso de esa información puede llevar a que algunas personas hagan dietas extremas, vegetarianas o veganas. Estas dietas tienen que estar muy bien planificadas para que las personas consuman los nutrientes adecuados. De hecho, ya se están viendo carencias en niños muy pequeños cuyos padres son veganos y que, a continuación de darles la lactancia materna, solo los alimentan con alimentos de origen vegetal. Tiene un gran riesgo porque en ese grupo de edad son mucho más susceptibles a las carencias nutricionales.
¿Qué carencias?
De vitaminas, de minerales… lo más frecuente es la carencia en vitamina B12 y ácido fólico. Debemos fomentar que la base de la alimentación sea de origen vegetal, pero también hay que comer alimentos de origen animal, a ser posible no en mucha cantidad.
En todo el tiempo que lleva investigando la obesidad infantil, ¿cuál ha sido la evolución?
En el año 1984 el estudio Paidos 84 coordinado por la Universidad de Zaragoza determinó que la frecuencia de obesidad infantil era del 3 y el 5%. Ahora, en el mejor de los casos, nos situamos en el 25-30%. En los últimos 5-10 años parece que hay una ligera tendencia a disminuir, pero dentro de ciclos muy amplios.