Mario Sánchez, ingeniero nacido en Fuentes de Ebro hace 30 años, acaba de publicar su primera novela: ‘¿Esto también pasará?’. Se trata de una obra de ficción que trata sobre cómo las obsesiones pueden apoderarse de la vida de las personas sin prácticamente darnos cuenta, y lo hace basándose en su propia experiencia.
En este caso, Sánchez aborda un tema sobre el que existe un gran desconocimiento como es el de los trastornos alimenticios masculinos. En sus propias palabras, “unos grandes desconocidos” en nuestros días.
“Es muy complejo de explicar. En el fondo sientes vergüenza porque parece que se te está escapando algo, es como si perdieses el control, pero a su vez, piensas que no te puede estar pasando a ti”, reflexiona. Y el problema en la mayoría de los casos es que “no quieres ponerle nombre a lo que está pasando”.
Por eso, para el autor, ‘¿Esto también pasará?’ supone todo "un ejercicio de valentía y responsabilidad que nace con un único objetivo, arrojar algo de luz sobre esta realidad para tratar de ayudar a personas que atraviesen una situación de estas características. La novela cuenta una historia ficticia, a la que he añadido algunas pinceladas de experiencias personales".
El protagonista sufre anorexia y narra en primera persona la evolución de este trastorno mental día a día. “Todo esto surge por mi afición a la lectura. Mientras leía conseguía que mis pensamientos fuesen mucho más despacio. Más tarde me aconsejaron escribir para reducir el ritmo al que a veces trabaja la mente, y funcionó”, añade. El proceso fue tan positivo que, con el tiempo, vio que realmente podría ayudar a otras personas.
“Cuando piensas en la anorexia lo primero que te viene a la mente es la imagen de una joven de 12 o 13 años, puede resultar difícil incluso asociarla a un hombre adulto. Creo que ha sido lo más duro de todo el proceso”, reconoce. En estos casos, la enfermedad "se cuela en tu vida poco a poco, de puntillas, prácticamente sin avisar". Por eso cree tan necesario compartir esta historia, para que otras personas puedan anticiparse a ello, antes de que sea tarde.
“Es habitual comenzar de una manera muy natural, por ejemplo, intentando cuidarse. Te tomas muy en serio el deporte y comienzas a controlar la dieta, algo socialmente aceptado por todo el mundo”, relata.
"Cuando un hábito se convierte en obsesión pasa a ser una adicción"
Sin embargo, Sánchez reconoce que es fácil comenzar a obsesionarse y que lejos de lo que pueda parecer, es muy habitual enfocar este problema desde el punto de vista del deporte, tal y como le pasa al protagonista de la novela. Eso, sumado a un férreo control de la ingesta de alimentos, hace que comiences a asociar el concepto de delgadez con el de salud. “Cuando un hábito se convierte en obsesión pasa a ser una adicción, y eso es algo que no puedes dejar de hacer ni un solo día. Ahí comienza el problema”, resume.
Paciencia, esfuerzo y apoyo del entorno
“Otra de las cosas que más suele marcar el proceso es el sentimiento de culpa. Sientes que es una cosa que creas de la nada y es como una especie de autocastigo. Hay que desechar esa idea porque es una enfermedad y como tal no la puedes controlar”, puntualiza Sánchez. Una reflexión que, asegura, debería extenderse a toda la sociedad.
Además, con el título de la obra entre signos de interrogación, el escritor trata de plasmar esa inseguridad constante a la que se enfrenta cualquier persona que tiene un trastorno alimenticio: “Quiero que llegue el mensaje de que no es algo raro y que puede pasarle a cualquiera. Por muy mal que parezca que lo estés pasando y a pesar de las dudas, esto también va a pasar, pero sin presiones ni prisas, lo importante es no dejar de avanzar, aunque sea muy poco a poco”.
Y es que, como asegura Sánchez, la batalla contra este tipo de trastornos es lenta y requiere de grandes dosis de paciencia y esfuerzo, y, sobre todo, del apoyo del entorno. “Es un trabajo diario que se basa en ir ganando pequeñas batallas. Puede que sean meses o años, lo importante es sentirte bien con tu cuerpo y no preocuparte por acercarte a una báscula”, concluye.