La pandemia del coronavirus ha dejado en Aragón más de 59.000 contagiados y casi 1.700 fallecimientos, un drama que ha vivido de cerca el personal sanitario desde marzo y que ha provocado episodios de ansiedad, tristeza o miedo. Para canalizar todos esos sentimientos, el Sector Zaragoza II, desde el Hospital Universitario Miguel Servet, decidió impulsar en mayo unos talleres de apoyo emocional dirigidos, sobre todo, a los trabajadores que han combatido la covid-19 en primera línea. Allí expresan sus dudas y temores, pero también recuerdan los momentos de ternura o consuelo.
Al inicio de la crisis, el Departamento de Sanidad puso en marcha la plataforma de apoyo emocional para todos los empleados del Servicio Aragonés de Salud. "Vimos que a los trabajadores, que son excelentes profesionales y que tienen recursos frente a la enfermedad, esta situación les desbordaba, porque es más estresante de lo normal, desconocida, y les afecta en su vida personal. Por ello requerían un plus". La psicóloga Pilar Paúl trabaja en la unidad básica de prevención de riesgos laborales, desde donde ofrecen cuatro talleres: mindfulness, relajación, pensamiento sano y manejo de emociones y resiliencia (actitud y aptitud frente a la adversidad). Cada curso consta de varias sesiones, y participan 10 personas para garantizar la distancia de seguridad. La formación ha llegado a 80 empleados. Esta semana comenzará la tercera convocatoria de los talleres: "Allí exponen cómo se sienten y existe compromiso desde el minuto 0 de total confidencialidad, porque la gente se sincera".
Las sesiones de mindfulness, explicó, trabajan la atención y concentración, vitales, por ejemplo, para ponerse y quitarse bien los equipos de protección individual, ser conscientes de completar una buena limpieza de manos o de no tocarse la cara. Además, indicó Paúl, "se observó que los trabajadores estaban más cansados de lo habitual y por ello se introdujeron los talleres de relajación". "Igual que la población en general, podemos tener pensamientos distorsionados recurrentes y hace falta ponerlos en su sitio para que no afecten a las emociones", recuerda. Una situación motivada por la incertidumbre de "no saber cuánto va a durar la pandemia, cuántas veces se va a repetir... Esto nos genera ansiedad y miedo, por eso se idearon las sesiones de manejo de emociones, con aportaciones de psicólogos de Atención Primaria". Es importante, añadió, analizar si la emoción es de rabia, ira o frustración, porque "también ha habido otras preciosas de cariño, acompañamiento o ternura". "Creemos que recuperar la fuerza interior de estos profesionales repercute en la calidad asistencial y humana del servicio que se presta". Otro taller es el de resiliencia:"Es muy importante que en este momento trabajemos nuestra actitud ante la adversidad, porque esto puede durar más de lo que pensamos. Aceptarlo es el primer paso para descubrir que tenemos una fuerza interior más grande de lo que creemos". Para la psicóloga, "esto es vital para que mantengan una actitud de optimismo inteligente", dando relevancia a los equipos: "Siempre se sale con la ayuda de los compañeros".
Pedro Luis Fondevilla es celador en el Servet y participa en estos talleres. En su opinión, trabajar durante esta pandemia "ha sido muy duro": "Al principio no teníamos medios, nos hacíamos las EPIs con bolsas de plástico". Recuerda momentos especialmente dolorosos, como el reciente fallecimiento en la uci de un hombre de 44 años sin patologías previas:"Te haces fuerte, pero un día, otro día, otro día... Ves que hay personas que salen, pero otras se quedan. Por eso necesitaba una inyección de adrenalina, un apoyo, una fuerza para seguir adelante". Estos cursos, dice, "vienen muy bien" para compartir las vivencias, muchas de ellas comunes.