El Hospital MAZ implantó hace dos años un programa de donación de cuerpo virtual, que permite trabajar sobre impresiones tridimensionales.
Las nuevas tecnologías ofrecen múltiples posibilidades y la Medicina no es ajena a ellas. En el Hospital MAZ de Zaragoza decidieron, hace dos años, implantar un programa de donación de cuerpo virtual, analizando sus características, aspectos médico-legales, clínicos, de organización y funcionamiento, que es la base que permitió imprimir en 3D partes anatómicas de pacientes reales para practicar las intervenciones complejas a las que se enfrenta el equipo de Neurocirugía de este centro sanitario.
Los doctores José Aso Escario y Ricardo Arregui, jefe clínico y jefe de servicio de Neurocirugía de la MAZ, explican que tienen donaciones de cerca de 70 pacientes. Este proyecto de donación, recuerdan, tenía varios objetivos: asistencial, docente y de investigación, con la Universidad de Zaragoza y el Instituto de Medicina Legal, y aspiran a conseguir una «mayor transversalidad». Las ‘técnicas de imagen’ permiten obtener archivos digitales con el cuerpo virtual del paciente, tal y como plasmaron en un artículo publicado en la Revista Española de Medicina Legal, y gracias a ellas se puede «reconstruir perfectamente incluso la fisonomía». Este hecho a menudo desconocido para el paciente, junto con la cesión de datos contenidos en las imágenes, hacen necesario contar con el consentimiento informado para poder utilizar después esos modelos en docencia e investigación.
Estas son las bases del programa de donación, denominado ‘Dovi-MAZ’: «Que el paciente conozca qué es lo que dona y cuáles son los objetivos de dicha donación». «Se nos ocurrió –recuerdan los neurocirujanos– que la última fase sería convertir ese modelo virtual en uno real mediante una impresión 3D», que es la fase en la que ahora están trabajando.
Material adecuado
Un trabajo que les permite imprimir en materiales que son visibles en rayos o que tienen una consistencia y dureza «exactamente igual que las partes anatómicas», explican los profesionales. Manuel Gil Begué, responsable de Calidad e Innovación de la MAZ, concreta que, para materializar esta iniciativa, contactó con Manuel Bernal, ingeniero formado en la Universidad de Zaragoza, para trasladarle las necesidades que tenían en el proyecto que estaban realizando con Neurocirugía: «En aquel momento no podíamos acudir al mercado a buscar una solución de impresión 3D porque no sabíamos exactamente qué pedir, ni qué tecnología, material o método de impresión usar. Por eso me pareció interesante acudir al entorno universitario y en concreto a la Asociación de Impresión 3D».
Fruto de esta colaboración, y mediante prueba y error, pudieron definir cómo se tenían que desarrollar las impresiones para que cumplieran con los requisitos del equipo médico, en cuanto a tecnología y material.
Herramienta útil en quirófano
Por el momento, el servicio ha echado mano de estos modelos tridimensionales en unas doce intervenciones de forma directa, «y en alguna más de manera indirecta». Se utiliza, resumen, en casos complejos que permiten anticipar la operación. Y, además, los profesionales pueden explicar al paciente con claridad y precisión el proceso que van a seguir. De esta manera, el equipo quirúrgico se puede entrenar con el instrumental y planificar sobre el propio modelo del paciente real, de manera previa a la intervención, cómo colocar los tornillos, su longitud, espesor, trayectoria...
El doctor Aso Escario explica que así se puede ensayar la cirugía, «lo que acorta el tiempo quirúrgico, proporciona mayor precisión y coordinación en las operaciones y ofrece un mejor y más eficaz tratamiento en casos complejos». Se empleó, por ejemplo, en un paciente que tuvo un accidente laboral y sufrió una fractura de pelvis; o en un traumatismo craneoencefálico grave: «Al hacer las reconstrucciones, y gracias a la experiencia adquirida, se observó la dificultad del tratamiento de los daños porque el seno venoso longitudinal superior era una estructura profusamente sangrante al reparar la fractura y que si se obstruía podría causar la muerte o severas lesiones». La aplicación de estos modelos impresos en 3D de partes anatómicas se extiende ya a otros servicios del Hospital, como Traumatología.