Una alerta sanitaria sorprendió a todo el mundo hace apenas 20 días, cuando Reino Unido detectó los primeros casos de una enfermedad conocida en África, pero que nunca se había transmitido en Europa. La viruela del mono generó una gran alarma, aunque los científicos pronto dieron buenas noticias: se trataba del linaje de África Occidental, el más leve de la enfermedad, con una tasa de letalidad del 1%. Además, el contagio de persona a persona resultaba más complicado que, por ejemplo, en el SARS-CoV-2.
Aun así, los sistemas sanitarios y de detección, todavía engrasados tras la pandemia de la covid-19, han funcionado en Europa y el resto del mundo, de manera que, creen los expertos, no parece que vaya a producirse una epidemia. En cualquier caso, los especialistas piden prudencia y algunos estudios apuntan a problemas en el rastreo de los sospechosos.
1. ¿Cuál es la situación actual?
En España, el Ministerio de Sanidad ha detectado hasta ahora 186 casos de viruela del mono, la gran mayoría de ellos, 141, en Madrid. El otro gran foco de contagios ha sido Gran Canaria tras la celebración del Orgullo Gay de Maspalomas. En todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud, hay confirmados 780 casos en 27 países, aunque advierte que esta cifra "está subestimada". España es el segundo país con más positivos, tras Reino Unido, con 225.
La mayoría ha ocurrido entre hombres que han tenido sexo con otros hombres, pero las autoridades sanitarias han sido muy claras: ni se trata de una enfermedad de homosexuales ni la población heterosexual está exenta del riesgo de infectarse. De hecho, España ya ha registrado un caso de viruela del mono en una mujer.
2. ¿Cómo será la evolución?
Los expertos son relativamente optimistas. "De momento, la evolución del brote está siendo la esperada", explica Javier Membrillo, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc). "Es normal que tras la detección de los primeros casos sigan apareciendo otros relacionados, pero lo más probable es que el brote esté controlado en días o en semanas", anticipa este experto. La clave estará en que no haya cadenas de transmisión descontroladas. "Pero es muy difícil que eso ocurra, sobre todo porque las personas que se mueven en los ambientes de riesgo ya conocen los síntomas y no van a querer mantener relaciones con personas que estén enfermas", subraya. Los síntomas son, básicamente, fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, ganglios linfáticos inflamados, escalofríos y agotamiento, pero sobre todo, erupciones.
Además, Membrillo recuerda que la enfermedad se transmite por contactos estrechos a través de fluidos, "lo que hace muy difícil que se convierta en epidémica". Las infecciones se pueden producir por la saliva, excreciones respiratorias, por contacto con el exudado de la lesión o el material de la costra o por las heces.
3. Entonces, ¿desaparecerá?
El catedrático de Microbiología de la Universidad de Salamanca Raúl Rivas cree que en las próximas semanas se reducirán los brotes y augura que "para julio la enfermedad puede estar controlada". "No estamos en una situación como la covid, ni mucho menos", tranquiliza Rivas, que sin embargo, pide que no se baje la guardia ante una posibilidad que sigue abierta. "En este brote son muy importantes las mascotas porque pueden contagiarse. Por eso los enfermos deben aislarse de los animales. En un escenario pesimista, podría ocurrir que el virus se transmitiera a los animales (domésticos o salvajes) y que estos, periódicamente, contagiaran a otros animales o a personas. De esta forma, las mascotas podrían convertirse en un reservorio del virus", destaca el profesor.
4. ¿Habrá que vacunarse?
Salvo una explosión de contagios que no parece probable, la vacunación masiva de la población está descartada. En cambio, el Ministerio de Sanidad sí estudia la vacunación de los infectados y de sus contactos de riesgo, una estrategia llamada 'de anillo' similar a la de otros países europeos. La ministra Carolina Darias informó el jueves que España iba a recibir de forma inminente las primeras 200 dosis de vacunas, a la espera de un envío mayor a través de una compra centralizada que ha coordinado la Autoridad Europea de Preparación y Respuesta ante Emergencias Sanitarias (HERA, por sus siglas en inglés). También gracias a la HERA han llegado ya los primeros medicamentos antivirales.
5. ¿Podemos bajar la guardia?
Un estudio publicado en la revista 'Eurosurveillance' ha desvelado grandes dificultades en el rastreo y en la identificación de los sospechosos. En Reino Unido, los investigadores se han encontrado con que "varios" de los primeros 86 casos diagnosticados "han declinado compartir los datos personales de sus contactos sexuales o han informado de múltiples relaciones con desconocidos". "Esto dificulta las actuaciones de salud pública y el cálculo de las ratios de contagios secundarios", señalan los autores.
Fuente: Heraldo de Aragón