El buen tiempo y la temperatura del agua invitan a los usuarios a darse un baño en las costas malagueñas, aunque no son los únicos invitados. Otros visitantes aguardan en silencio aprovechando las corrientes marinas y el mínimo descuido de los usuarios para dejar huella en ellos en forma de picadura: se trata de las medusas.
Todos los veranos esta especie se deja notar en las costas malagueñas. La afluencia media de medusas ha hecho que la bandera amarilla haya sido protagonista en las playas de Málaga varios días de esta temporada. El cambio climático, el estado del agua, la tropicalización del Mar Mediterráneo y otros factores han tenido como consecuencia la proliferación de esta especie en el litoral malagueño.
Siempre se debe evitar el baño cuando la playa esté infectada de esta especie, pero hay ocasiones en que las altas temperaturas llevan al usuario directamente al agua. Aunque el bañista observe el agua y la presencia de esta especie a su alrededor, hay veces que no se puede escapar de ellas y acaban picando.
Aquellos a los que les ha picado una medusa conocen el dolor de primera mano: intenso malestar y picor en la zona de la herida con urticaria en la piel. Por lo general este dolor, que suele durar entre media hora y una hora, se cura de una forma progresiva y sin más complicaciones, pero si el malestar persiste, es recomendable acudir a un centro médico con el fin de evitar un shock anafiláctico, una reacción alérgica grave que, en este caso, es causada por el líquido tóxico de la medusa.
Por ello, La Opinión de Málaga, diario perteneciente al mismo grupo de comunicación que este medio, ofrece una serie de recomendaciones ante la picadura de un ejemplar de medusa.
Tras la picadura, los expertos recomiendan ir lo más pronto posible a un puesto de socorro o centro de salud para que los profesionales puedan examinar la herida. Si tras la picadura algún tentáculo se ha quedado enganchado a la piel, hay que retirarlo con pinzas o con guantes de látex, evitando en todo momento el contacto con el animal.
Asimismo, los especialistas aconsejan aplicar alguna pomada con antihistamínicos y corticoides sobre la zona afectada para rebajar la inflamación, y además llevar la herida aislada con gasas esterilizadas durante un par de días.
Echar agua dulce en la herida, cubrirla con arena o rociarla con orina son algunos de los remedios populares para paliar el dolor de la picadura de las medusas. Sin embargo, los médicos y socorristas desaconsejan estas prácticas, ya que pueden contribuir a extender el tóxico e incluso llegar a agravar la erupción de la zona de la piel afectada.
Desde la aplicación móvil del Aula del Mar Infomedusa recomiendan no frotar la lesión con arena, toallas, pañuelos, etc; ni aplicar remedios caseros (como vinagre, barro o similares).