Hay que estar prepardos para lo peor pero esperando lo mejor, resume Nacho de Blas. Llevar mascarilla cuando no se mantengan las distancias o ventilar bien son claves por las que siguen apostando algunos expertos.
"A favor tenemos las vacunas, que hemos aprendido que funcionan porque las personas vacunadas no son hospitalizadas con complicaciones", indica la destacada enfermera aragonesa, gran conocedora de todo el proceso de vacunación para atajar la pandemia. Sin embargo, en contra está la falta de la cobertura mundial ante variantes que puedan surgir, que no estén los menores vacunados, personas que no tienen la pauta completa o los que todavía son reticentes, enumera Cuesta.
La protección baja, tal y como han comunicado las farmacéuticas. Pfizer ha informado de que en su caso la inmunidad máxima es de 96,2%, la cual se consigue entre una semana y dos meses después del pinchazo. No obstante, la compañía también ha señalado que el porcentaje desciende una media del 6% cada dos meses. "Tal vez sería más conveniente una tercera dosis que no fuera igual, sino mejorada o una mezcla que haga frente a dos o tres variables", propone Nacho de Blas, que avisa de variantes que pueden surgir, como la lambda. Además, este epidemiólogo también pone sobre la mesa la falta vacunas pediátricas.
Precisamente, el Gobierno de Aragón abrió este miércoles el proceso para pedir cita a los niños de entre 12 y 15 años. Esto supone que muchos volverán a las aulas con la pauta completa. Sin embargo, los expertos recomiendan que se mantengan las medidas que se llevaron a cabo el curso pasado, como la ventilación.
"Afortunadamente, la mayoría de la población estará inmunizada, sin embargo los niños menores de 12 años no lo estarán. Esto puede suponer un problema para la transmisión de la covid porque podrían infectar a sus convivientes y familiares que sean más vulnerables a pesar de estar vacunados. Por otro lado otros virus respiratorios que tan apenas han circulado este año pueden ser problemáticos. Por eso hay que actuar con varios escenarios posibles", añade el facultativo del hospital zaragozano. Además, valora el papel de los colegios este curso: "Lo han hecho muy bien, puede ser muy importante. Creo que van a tener que mantener la atención".
"La vacuna hay que combinarla con otras medidas. Las vacunas son para reducir, no para erradicar. Con estas medidas estamos controlando la enfermedad, pero no erradicándola", recuerda Nacho de Blas. "Deberían mantenerse las medidas de hasta ahora", coinciden epidemiólogos, médicos y enfermeras. De Blas aconseja filtros de ultravioleta para inactivar el virus en el aire o la ventilación, entre otras muchas medidas, y cree que lo que tal vez se pierda en poco tiempo sea la desinfección de superficies. El neumólogo Antonio Caballero insiste que "sigue siendo partidario de la distancia, las vacunas y el uso de la mascarilla".
El rastreo es otro de los aspectos en los que se pone el acento. "En esta ola lo que se está viendo es la punta del iceberg", lamenta De Blas, en relación a los jóvenes. Al hilo de lo anterior, cree que hubiera sido aconsejable hacer "una campaña educativa" desde que se pusieron a la venta los test de antígenos, aunque al parecer la mayoría de los ciudadanos están haciendo un uso adecuado. A pesar de todas estas medidas, De Blas no descarta que en invierno haya más olas. Por último, en cuanto al certificado covid, cree que su obligatoriedad se relajará y que en el futuro sea necesario solo para algunas actividades concretas, como vuelos en avión o campamentos de verano.
Las opiniones de estos expertos están vinculadas con el cuidado de la situación económica: "No podemos volver al cierre, hay que buscar medidas compatibles". De Blas pone como ejemplo Alemania, donde se ha incentivado la adaptación de ventilación de algunos lugares públicos. "Tenemos que estar preparados para lo peor, pero esperando lo mejor", concluye Nacho de Blas con precaución.