La covid ha hecho que la gente esté "mucho más reticente" a participar en actividades con otras personas y, además, las circunstancias familiares han cambiado mucho. Esta situación que describen varias investigadoras de la Universidad de Zaragoza ha paralizado varios estudios sobre obesidad infantil que empezaron en el 2019, justo antes de la pandemia, los cuales buscan ahora nuevos participantes aprovechando la "nueva normalidad" en el aula.
"En estos dos años, con la pandemia de por medio, unos 60 niños habrán dejado de participar en el proyecto (que cuenta con 240 participantes), y por eso ahora estamos volviendo a reclutar a nuevos pacientes. El año pasado, como no podíamos entrar en los colegios, les hacíamos venir aquí, a nuestro laboratorio al lado del Clínico, y eso dificultó mucho el que viniesen. Este año lo hemos retomado en los centros y los niños que vienen están muy contentos", explica la nutricionista María Miguel, una de las investigadoras que están detrás del estudio 'Corals', una investigación en la que participan siete ciudades de España, entre ellas Zaragoza, y que busca conocer el estilo de vida de los niños de 3 a 6 años con el fin de hacer intervenciones futuras para prevenir la obesidad infantil en colaboración con los colegios y las familias.
Blanca, alumna del colegio Vadorrey Les Alées, es una de las niñas que participan en este proyecto, que arrancó poco antes de la pandemia, cuando cursaba tercero de Infantil. Los organizadores dieron unas charlas informativas en el colegio para animar a la participación del alumnado, y la familia de esta alumna de Primaria no se lo pensó. "Me animé yo y unos pocos padres más de la clase de Blanca. Creo que cuando se trata de iniciativas como esta, proyectos de investigación científica que buscan mejorar en algo la sociedad, hay que participar. Además, en este caso se trata de la salud de nuestros hijos", subraya Beatriz, que invita a otras familias a inscribirse.
"A los peques les hacen análisis físicos y de salud una vez al año y también nos pasan cuestionarios de hábitos de vida y alimentación a las familias. Las pruebas consisten en análisis de sangre, orina, control de peso y desarrollo intelectual, así como unas pequeñas pruebas físicas. Las suelen hacer en el colegio, pero con la pandemia nosotros teníamos que ir hasta el Hospital Clínico, donde está el GENUD", relata esta zaragozana.
En su caso, la pandemia no ha impedido que Blanca deje el proyecto. Más bien todo lo contrario. "Ella está encantada. Come bien, no tiene sobrepeso, pero creo que es bueno que no solo tenga el ejemplo de la familia a la hora de adquirir buenos hábitos. Participar en un estudio científico hace que sea más consciente de la repercusión que tiene la alimentación en su salud, y al final es un proyecto que no te quita mucho tiempo y que puede ayudar a luchar contra la pandemia de obesidad infantil", destaca su madre.
"La prevalencia de sobrepeso y obesidad de los escolares de 6 a 9 años en España sigue siendo elevada"
Según los datos que maneja el grupo GENUD, especializado en nutrición y ejercicio físico, un 25% de la población infantil en España tiene sobrepeso u obesidad, y aunque se observa una tendencia descendente del exceso de peso desde 2011, no es del todo alentadora. "En los últimos años la prevalencia se ha estabilizado con respecto a 2015, pero con los altos porcentajes que tenemos tampoco es una victoria", comenta la nutricionista María de Miguel, investigadora del otro proyecto ('MELI-POP’, Mediterranean Lifestyle in Pediatric Obesity Prevention) que busca reclutar nuevos alumnos. En este último, dirigido también a menores de entre 3 y 6 años, han participado un total de 147 niños de la provincia de Zaragoza, a los que se les realiza también un seguimiento a largo plazo que complementa a las acciones que habitualmente se llevan a cabo en el área de pediatría. "Estamos invitando a sumarse a las familias porque la participación no es tan alta como nos gustaría, y seguiremos trabajando hasta que consigamos los 300 niños en la ciudad", explica este experta en Nutrición y Obesidad Infantil.
Las investigadoras subrayan que el interés de ambos proyectos es "valorar el riesgo cardiovascular que tienen nuestros niños", y que "no es el habitual", para posteriormente desarollar acciones que ayuden a prevenirlo.
En esta línea, ambas nutricionistas abogan por volver a la dieta mediterránea, un estilo de vida que -lamentan- se está perdiendo, y apuestan por recuperar la comida de siempre.
Tenemos que retomar lo bueno que teníamos antes: los hábitos, las extraescolares… e intentar integrarlo de nuevo en nuestra rutina volviendo sobre todo a la comida tradicional y a los platos de cuchara", defienden las nutricionistas, que aconsejan también a las familias hacer partícipes a los niños de las elaboraciones que se hacen en casa. "Que los niños participen en el proceso es siempre mucho mejor, y hay que disfrutar también del mayor tiempo posible haciendo cosas toda la familia junta, tanto fuera de casa -cuando el tiempo lo permita- como dentro del hogar, donde no todo es ver la tele", indican.
La realización del proyecto ‘MELI-POP’ supone la realización de cuestionarios y mediciones de composición corporal y condición física a los niños; junto con la recolección de muestras biológicas que se realizan de forma anual. La puesta en práctica de este estudio supone la colaboración de 2 días al año (una mañana y una tarde), para lo que los investigadores ofrecen la máxima flexibilidad a las familias, incluyendo la posibilidad de realizar las sesiones online. Para el estudio se realizan actividades nutricionales y de ejercicio a través de grupos privados en Facebook e Instagram, donde los especialistas comparten también consejos sobre nutrición y actividad física para promover el estilo de vida mediterráneo de las familias que participan.
Las primeras conclusiones del estudio piloto realizado muestran ya una mejora del índice de masa corporal y una disminución del porcentaje de grasa corporal superior en los participantes asignados al grupo de intervención, según indican las nutricionistas tras hacer una valoración a corto plazo.
Además, a los 12 meses de estudio, aquellos voluntarios asignados al grupo de intervención han mostrado una disminución significativa del valor normalizado del índice de masa grasa. En la misma línea, en el grupo control se han observado mejoras significativas. De hecho, el 40.9% de los participantes asignados al grupo intervención han mostrado una mejora en su adherencia al patrón de alimentación mediterráneo y 8 niños del grupo control han mejorado su patrón alimentario tras un año de proyecto.
En este estudio participan actualmente los centros de salud de Valdefierro, la Bombarda, Amparo Poch, Actur Norte y Utebo, junto con el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. La doctora Pilar De Miguel-Etayo, quien coordina este proyecto en los diferentes centros, recuerda que el periodo de reclutamiento sigue abierto e insta a las familias a apuntarse al proyecto. Para participar, es necesario enviar un correo a pilardm@unizar.es o bien llamar al teléfono 876 55 37 56.