Un análisis de sangre consigue detectar esta enfermedad neurodegenerativa con una precisión del 98 % y en unas 24 horas. La rapidez de este proceso permitirá iniciar antes el tratamiento, lo que se traducirá en mejores resultados para los pacientes, apuntan los investigadores. Se espera que esté a disposición de los neurólogos en un plazo de 18 a 24 meses.