Investigadores han observado el papel en el autismo de una gama más amplia de microorganismos del intestino, como arqueas, hongos y virus, más allá de las estudiadas bacterias.
Científicos del Programa del Atlas BioMolecular Humano han cartografiado las funciones e interacciones de las células, encontrando un recurso para comprender qué falla en los primeros estadios de enfermedades graves.