Una terapia basada en la tecnología CRISPR, la herramienta de edición genética, ha mostrado buenos resultados en el tratamiento del angioedema hereditario, según ha anunciado la compañía responsable de la terapia, Intellia Therapeutics. Seis pacientes afectados por la enfermedad genética, ha subrayado la empresa, han podido aliviar sus síntomas gracias a este tratamiento experimental que se dirige específicamente a la mutación genética que causa el trastorno.
Los resultados de la investigación se han presentado en el 2022 Bradykinin Symposium in Berlin (Alemania) -un congreso relacionado con la enfermedad- y, de momento, no se han publicado en ninguna revista científica, por lo que no se han sometido a la habitual revisión por pares
El angioedema hereditario es una enfermedad rara que puede ser grave y produce brotes recurrentes de hinchazón de algunas partes del cuerpo, como la piel, la mucosa gastrointestinal o la vía aérea superior. La forma hereditaria se estima que puede afectar a 1 de cada 10.000 ó 50.000 habitantes, como apuntan desde la Asociación Española de Angioedema Familiar por Deficiencia del Inhibidor C1 (Aedaf).
En la mayoría de los casos, el trastorno se debe a una mutación en el cromosoma 11 que conduce a un déficit enzimático del factor C1 inhibidor del sistema del complemento. Como consecuencia, se produce hinchazón en diversas localizaciones a través de un mediador bioquímico denominado bradicinina, que se produce por la acción descontrolada de una proteína, la calicreína.
Según los datos de la compañía, el tratamiento, denominado NTLA-2002, se administró por vía intravenosa a seis pacientes. La mitad recibió una dosis de 25 mg, que se amplió a 75 mg en el resto.
El tratamiento, según la información presentada, se dirige al hígado, donde bloquea la acción del gen responsable de la enfermedad, lo que evita que se produzca la cascada que resulta tóxica para los afectados.
Los resultados preliminares de este estudio en fase I mostraron que en aquellos pacientes que habían recibido una dosis de 25 mg, los niveles de calicreína se reducían, tras ocho semanas, un 65%. La reducción continuaba a las 16 semanas de la administración de la terapia.
En los pacientes que recibieron la dosis de 75 mg, la reducción alcanzaba, de media, el 92% a las ocho semanas. En el momento de la presentación del estudio, no se tenían datos de la evolución de ese grupo de pacientes a las 16 semanas.
En esos casi cuatro meses, los brotes de la enfermedad se redujeron en un 91% en los pacientes que tomaron la dosis de 25 mg, señaló la compañía.
Está previsto que se presenten más datos en el congreso de la Sociedad Americana de Alergia, Asma e Inmunología que se celebrará el próximo mes de noviembre, ha señalado la empresa.
Habrá que esperar a tener más datos y a que se publiquen en una revista científica publicada por pares para conocer el alcance real de la terapia. En primer lugar, los resultados avanzados son datos preliminares de un estudio en fase I, diseñado para evaluar principalmente la seguridad de la terapia.
Además, hay que tener en cuenta que se trata de un análisis realizado en una pequeña muestra de pacientes. Para conocer la eficacia, es necesario llevar a cabo un ensayo con un número mayor de participantes.
También se necesitan más datos sobre los posibles efectos secundarios. Intellia ha informado de que en algunos pacientes se detectaron, de forma temporal, signos de daño hepático que luego desaparecieron.
Para José María Millán, vocal de la Asociación Española de Genética Humana (AEGH), si bien "se está avanzando muchísimo en la investigación con tecnología CRISPR, todavía es pronto para sacar conclusiones sobre la posible utilidad de esta terapia en el angioedema hereditario".
La compañía Intellia Therapeutics también anunció haber conseguido buenos resultados con la utilización de la tecnología CRISPR en casos de amiloidosis cardiaca por transtiretina, una enfermedad cardiaca que se produce por un depósito extracelular anormal de proteínas.
"Se están viendo buenos resultados en enfermedades monogénicas causadas por la producción anómala de proteínas que son tóxicas mediante la utilización de CRISPR para bloquear la acción del gen que no funciona correctamente", explica Millán.
De cualquier manera, "es una tecnología que todavía está empezando. Queda mucho por hacer y hace falta avanzar mucho para que esto pueda llegar a la clínica", advierte el especialista.
Este camino es especialmente largo para trastornos donde la edición genética que hay que realizar es más compleja que la que se necesita para, como en estos casos, bloquear la producción de una proteína tóxica -por ejemplo, si lo que hay que hacer es corregir una letra del genoma y cambiarla por otra-. "En estos casos, la eficacia que está arrojando la investigación hoy en día es baja".
"Uno de los problemas a día de hoy con CRISPR con lo que se denomina off targets, la posibilidad de que al dirigirte a una mutación determinada realices otras modificaciones en lugares indeseados", señala el investigador.
La utilización de esta herramienta de edición genética está prohibida en embriones. En 2018, el científico chino He Jiankui anunció haber creado dos bebés modificados genéticamente, las gemelas Lulu y Nana, un hecho por el que fue condenado.
Fuente: El Mundo