«La investigación debe ser lo más aplicada posible y tener una repercusión práctica clínica, y, para esa traslación, en muchas ocasiones se necesita la creación o participación de una empresa»
La lista Forbes cree que está entre los médicos españoles con más prestigio en su especialidad. ¿Se lo esperaba?
La verdad es que no, fue una sorpresa y todo un honor verme en ella.
¿Por qué se dedicó a la Dermatología?
Es una especialidad muy bonita y muy completa. Los problemas dermatológicos afectan a todas las edades y géneros, tiene parte clínica y quirúrgica y engloba un abanico de enfermedades muy amplio: patología inflamatoria, oncológica, infecciosa (donde se incluyen también las ITS), enfermedades de pelo y uñas… El campo de la dermatología estética es también muy relevante, sobre todo en los últimos años.
Dicen que en la piel se refleja todo… ¿Qué huellas ha dejado en ella la pandemia? ¿Cuáles son los principales problemas dermatológicos que ha acentuado?
La pandemia nos ha dejado dos tipos de enfermedades dermatológicas: las asociadas a la enfermedad (exantemas, urticarias, necrosis cutáneas, lesiones tipo sabañón, etc.) y a las vacunas (reacciones locales y a distancia); y las derivadas de las medidas que usamos como prevención: EPI, mascarillas y uso de geles hidroalcohólicos en las manos.
Dirige el grupo ‘Investigación e Innovación en Dermatología Miguel Servet (INNDerma MS)’ del IIS Aragón. ¿Qué destacaría del instituto?
El instituto es un facilitador, gestor e impulsor fundamental de nuestra actividad investigadora. Los miembros de nuestro grupo somos fundamentalmente clínicos, por lo que la labor asistencial es la que ocupa casi el 90% de nuestra actividad. Disponer de una institución que nos da soporte en la gestión de proyectos, información sobre convocatorias y ayuda para solicitarlas, además de formación y contacto con otros investigadores, es clave para hacer investigación.
¿Llama la atención, todavía por excepcional, su orientación hacia la creación de empresas. ¿Por qué es importante ese enfoque en un investigador?
Siempre he realizado una investigación con la finalidad de aportar conocimiento. Sin embargo, en los últimos años, pienso que la investigación debe ser más aplicada, tener una repercusión más práctica, y para esto se necesita una empresa que convierta la investigación en algo útil y utilizado por profesionales y/o pacientes. No obstante, este paso para los clínicos es tremendamente complicado, ya que ni nuestra formación ni, muchas veces, nuestra idea de la medicina y la investigación nos prepara para ello.
¿En qué tipo de proyectos trabaja actualmente?
Estamos empezando dos proyectos multicéntricos financiados por el Instituto de Salud Carlos III, ambos en el campo del cáncer cutáneo no melanoma y la terapia fotodinámica, uno para ensayar un nuevo tratamiento y otro también centrado en pacientes trasplantados, que son más susceptibles a esta neoplasia. También estamos trabajando con el Grupo Epichron en comorbilidades de enfermedades dermatológicas, como la dermatitis atópica, y en proyectos tecnológicos, como el asistente virtual Elena o las plataformas telemáticas para los tratamientos personalizados. Además, tenemos una línea de investigación en COVID desde que empezó la pandemia y, por supuesto, el grupo de investigación participa en diferentes ensayos clínicos.
Entre sus pasiones está la música. ¿Cómo imagina un mundo sin ella?
No me imagino un mundo sin música. Elimina las barreras entre nosotros y nos acompaña en cualquier sentimiento. Da igual la música que sea, la que a cada uno de le guste: la música nos une